venerdì, giugno 09, 2006

CUBA : EL CIRCUITO CASTRONOMICO - LA NUEVA CUBA

CUBA : EL CIRCUITO CASTRONOMICO


París
Félix José Hernández
Jefe de Buró
Francia
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Junio 9, 2006


El periódico parisino Le Canard Enchainé, acaba de publicar un Dossier Touristique, que está a la venta, pero que se puede también encontrar al alcance de la mano en cualquier agencia turística. En efecto, yo estuve hojeando el que se encuentra en la Fnac-Voyages y fue la gentil Aurélie, empleada de esa agencia la que me señaló que había un artículo interesante sobre el turismo en Cuba en ese dossier.

Bajo el título: Cuba: Le circuit Castronomique, dos páginas son dedicadas a Cuba. Ilustran el artículo un dibujo satírico en el que se ve a un grupo de treinta turistas filmando o sacando fotos en la dirección que señala un barbudo personaje subido en un piedestal, mientras que un turista lo filma a él. Una foto muestra a un nutrido grupo de turistas frente a la Bodeguita del Medio, bajo la cual está escrito: Nuestro dinero en La Habana (*1), del cual los cubanos no es seguro que se beneficien.

A continuación la traducción de algunos párrafos:

“A tres horas de autocar de La Habana, la península de Varadero, larga banda de arena de unos veinte kilómetros, abre todo el año a los turistas del mundo entero “muy bellos hoteles de lujo -en realidad, enormes inmuebles muy estándar sin muy buen gusto ni sabor- que extienden sus terrazas a las orillas del agua límpida color turquesa” (según los folletos turísticos). Ambiente de tarjeta postal estrictamente organizado: Varadero es administrado por el MINTUR ( Ministerio del Turismo) en cooperación de las sociedades extranjeras, que explotan esos establecimientos. Algunas sociedades españolas (Meliá Hoteles), francesas (Bouygues y el Club Med) o incluso canadienses.

¿Bienvenidos a Cuba? Es un punto de vista. En esos guettos turísticos de lujo (las tarifas van de 800 a 1500 euros la semana-todo comprendido), los únicos cubanos que usted encontrará serán... los miembros del personal. Para los otros, todos los otros, el acceso está prohibido: “El verano pasado, nos cuenta Carlos, un agente de viajes francés de origen cubano, que prefiere el anonimato, quise invitar a mis padres que viven en La Habana a un hotel-club de Varadero. Compré el viaje en Francia. Cuando llegué, la directora del hotel me miró a los ojos y me dijo tranquilamente: “Para los cubanos está prohibido”. Yo sentí vergüenza de mi país.

Simples paseantes o asalariados de los hoteles del MINTUR, los autóctonos que se aventuran en los township turísticos, son estrictamente vigilados. Un servicio de orden discreto, pero omnipresente funciona a la luz del día. Se circula sólo en autobuses y los cubanos únicamente tienen derecho a dos playas públicas, situadas en la extremidades de la penínsiula. El agua es más turbia, pero qué importa.

En Cuba, los tiempos de los viajes al país del socialismo real organizados por el CGT (*2), pertenecen al paleolítico. A las familias que van a tomar el sol a precios económicos o a los jubilados que reservan en los períodos de baja estación, es evidente que no les interesa la Revolución permanente del Líder Máximo. Como tampoco las violaciones constantes de los Derechos Humanos.

Al borde de la piscina de su hotel, el turista no va a dejar de saborear su mojito porque a algunos kilómetros de él, a la población le falte el jabón o la electricidad. En lo que concierne a los efectos del embargo americano sobre el consumo... “hay por lo menos tres o cuatro restaurantes por hotel con buffets gratuitos donde se puede comer de todo y a cualquier hora, testimonia otro fidèle (fiel), si se puede llamar así.

Hay también lugares donde se puede beber sin salir de la piscina, con bar incorporado... “¿Sabe usted una cosa? ¡Existen residencias donde los niños están prohibidos!” ¡El guetto dentro del guetto! En lo que se refiere a conquistas sociales, el régimen es invencible. ¡Pero vigilante!

Para evitar cualquier tipo de interferencia molesta, las autoridades locales imponen a los empleados del sector turístico que limiten “a lo estrictamente necesario” sus relaciones con los extranjeros. Los gentiles organizadores tienen que vigilar a sus clientes y, claro está, denunciarlos “en caso de acciones que amenazcan a la Revolución cubana”. El peligro parece limitado. Hay que creer también que la prostitución no está en contradicción con esto: ella se desarrolla amplia e impunemente a todo lo largo de la isla.

Un comentario muy metafórico de un profesional del turismo francés fue : “Las prostitutas no tienen derecho (normalmente) a ir a los bares de los hoteles, ¡pero donde hay voluntad, se encuentra el camino! Y el camino es grande, ya que los centros turísticos cubanos le disputan incluso al sudeste asiático el título de campeones del turismo sexual.

En los años noventa Cuba comenzó a abrir sus fronteras y aeropuertos al flujo de canadienses (para los ciudadanos americanos la estancia sigue prohibida), esto contribuyó a agravar la prostitución a causa de la dramática situación económica de los cubanos. Los rumores funcionaron provocando que los charters en busca del sexo no hayan cesado desde entonces.

Pero hay que saber que las apariencias de moralidad se salvan. Los grooms y los camareros no pueden aceptar las propinas de los clientes. Esas limosnas capitalistas son “¡un atentado a la dignidad y al respeto!” “Cada trabajador tiene que dar ese dinero a su jefe, el cual decidirá su destino”: su bolsillo o el de su superior y, así hasta la cima de la pirámide. Los militares que administran el Ministerio del Turismo son riquísimos. Es la prueba de que al menos un sector económico de la isla prospera.

Hogaño el turismo (más de dos millones de visitantes al año) es la segunda fuente de divisas de una economía a la deriva. La primera no es el tabaco, mucho menos el azúcar de caña, son las remesas, el dinero que envían los exiliados cubanos a sus familias, lo que representa alrededor de mil millones de dólares al año. EL PIB de Cuba es estimado a 132 millones de dólares al año. Una verdadera proeza después de 47 años de Castro-progresismo, el que además puede sentirse orgulloso de haber instaurado el apartheid con fines comerciales.”

Y así van las cosas por estos lares.

Félix José Hernández.

*(1) Parodia el título de la célebre novela de Graham Greene, Nuestro agente en la Habana.

*(2) Sindicato cercano al partido comunista francés.



LA NUEVA CUBA