venerdì, giugno 30, 2006

El Nuevo Herald | 06/30/2006 | La batalla de Isla Margarita

La batalla de Isla Margarita

JORGA DAVILA

Un escándalo a media voz recorre Miami, es el de José Antonio Llamas, que reclama millón y medio de inversión. ¿Y por qué a media voz, si toda la prensa lo publica? ¿Si hasta la Mesa Redonda de La Habana se divierte? Será porque miles se avergüenzan

y ni comentan. Será porque estamos tan familiarizados con lo épico-surrealista que casi nada ya sorprende.

El cuento es que Toñín Llama puso millón y medio para una cuidadosa operación patriótica --tipo comando-- que al fin y al cabo fracasó. Eso fue hace nueve años.

Iban a enfrentar al mismísimo Fidel Castro en Venezuela. Posiblemente allí, en Isla Margarita, un amanecer cambiaría para siempre el destino de la patria. La preparación duró cuatro laboriosos años, la dirigió un escogido ''comité bélico'' integrado por notables cuya edad garantizaba la cordura. Cuando se acercaba el día D, un día de octubre, pusieron proa al sol.

La embarcación se llamaba Esperanza. El nombre era perfecto, porque en medio del mar Caribe comenzó a hacer agua. Mucha agua. El comité bélico de notables había comprado otras seis embarcaciones, pero no llevaban ninguna de repuesto; además tenían un helicóptero y 10 aviones ultraligeros que nunca llegaron a volar. En el carro que los llevó al embarcadero olvidaron un par de quintales de armas y municiones que no tenían por qué haber llamado nunca a nadie la atención y menos al FBI, que al parecer ya andaba tras la pista. Como resultado fueron apresados. Hubo juicio, primeras planas en los diarios, defensas en la radio exiliada, vindicaciones al indudable valor de los expedicionarios. Al fin la justicia se impuso: Toñín Llama y sus compañeros salieron absueltos.

Pasó el tiempo y un águila sobre el mar, todo el mundo volvió a la normalidad menos Toñín, que había pasmado millón y medio de maracas.

Entonces sobrevino el silencio. Pasaron siete años. Siete largos años, dice Toñín. Hasta que la semana pasada reventó el escándalo. El lo advirtió: ''Lo dije, que si no me devolvían mi parte se iba a armar la de San Quintín''. Y así pasó. De aquella cuidadosa operación para liberar a Cuba ahora sólo queda una disputa comercial. Toñín dice que sus ex compañeros de la Fundación son ''estafadores'', y encima traidores a la patria. Por su parte los acusados responden que Toñín no busca más que la extorsión. Y que todo lo que dice es mentira. Para separarse de aquel acto bélico y refutar a Toñín Llamas, la Fundación Nacional Cubano Americana emitió un comunicado: ''La FNCA está comprometida con una transición pacífica y no violenta hacia la democracia en Cuba''. No lo dudo en el 2006.

Pero a mí me parece que, por lo menos, en el 1997 sí existió una embarcación que se llamaba La Esperanza, que realmente navegó hacia Venezuela con cuatro exiliados a bordo que llevaban armas y precisas intenciones. Ebrios de improvisación, imberbes de la gloria, pero dispuestos a combatir a Fidel Castro. Aquellos exiliados y José Antonio Llama, director de la Fundación, que fueron apresados, ¿eran renegados de la organización? ¿Actuaban por la libre? ¿Llama, por su conducta bélica, habrá sido expulsado en secreto de la FNCA después del juicio?. . . Es posible, pero la Fundación no suelta prenda.

Son preguntas que tal vez la historia aclarará. Pero hay una que nunca responderá el tiempo, porque su tiempo ya pasó: si los expedicionarios de La Esperanza hubieran sido exitosos, si hubieran logrado ''desestabilizar'' a Castro, ¿igual los habría condenado la Fundación por violentos? ¿Qué cree usted? ¿O Jorge Mas Canosa habría dado el paso al frente y partido para Cuba en la Midnigth Express? Nunca lo sabremos. Midnigth Express: lancha rápida, 37 pies de eslora, motores Mercruiser de 900 caballos, veloz como el poder. Una de las siete embarcaciones que dice Llama que él pagó.

Qué brillantes capítulos de la historia nacional.

jorge.davila@vitameal.us



El Nuevo Herald | 06/30/2006 | La batalla de Isla Margarita