domenica, giugno 25, 2006

Il cambio de mando en Cuba ya ha comenzado - Brian Latell - CubaNet

Brian Latell: "el cambio de mando en Cuba ya ha comenzado"

Emilio J. López, EFE Latino. 20 de junio de 2006.

Miami (EEUU), 20 jun (EFE).- El cambio de mando en Cuba ya ha comenzado y ese traspaso de poder está en las manos de Raúl Castro, hermano de Fidel, que controla, "como si fuera un regente", los principales resortes del poder.

Esta es la tesis de Brian Latell, uno de los analistas estadounidenses más respetados y conocedores de la realidad cubana, tanto por su pasado de analista en la CIA como por sus estudios ahora de profesor en la Universidad de Miami.

La publicación del ensayo "Después de Fidel: la historia íntima del régimen de Castro y el próximo líder" ha generado una profunda polémica en Miami y entre los grupos de la disidencia cubana.

Latell, 65 años, sostiene que, tras la muerte de Fidel Castro, la revolución cubana descansa en un sólo hombre: Raúl Castro, hermano menor de Fidel, y que el pasado día 3 cumplió 75 años.

Raúl Castro "controla las fuerzas armadas, los servicios de seguridad y una gran parte de la economía", explicó a Efe Latell, quien se muestra convencido de que "los mandos civiles y militares harán una piña a su alrededor".

"Si no lo hacen sería una invitación al desastre para todos ellos", apostilla.

Latell, quien desde 1964 y durante cuatro décadas ha analizado cada discurso, gesto y obsesión del mandatario cubano, destaca que "las facultades mentales y físicas de Fidel Castro se han deteriorado de forma clara estos dos último años".

"El cumplirá pronto los ochenta años, sufre de Parkinson y probablemente de otras seria dolencias", y sus apariciones en público "se han vuelto embarazosas", ya que suele "desbarrar en incoherencias cuando habla", señala Latell.

Por ello, Raúl Castro "ha estado desempeñando un papel de liderazgo más importante". El es una especie de "regente que enmienda, interpreta y filtra las decisiones de Fidel" y es muy probable que, subraya, " el cambio de mando haya comenzado".

Preguntado si es posible que, tras la muerte de Castro, se produzca un aumento de la represión en Cuba y se declare la ley marcial, responde: "Es muy posible que se sucedan manifestaciones populares a favor de un cambio".

"La generación más joven -argumenta- está especialmente alienada y marginada", y se encuentra "ansiosa de un cambio liberador" que ponga punto final a un "gobierno de características dictatoriales".

Muchos cubanos "podría echarse a la calle en demanda de una vida mejor",y, en el caso de que esto suceda, el "régimen sucesor podría utilizar a la policía civil y a los agentes encubiertos" para disolver las protestas, o incluso recurrir a "la fuerza militar".

Al explorar la vía de una teórica revolución de terciopelo, sin derramamiento de sangre, como la que vivió la desaparecida Unión Soviética, Latell opina que es "un futuro posible en Cuba".

"Muchos oficiales de rango podrían rehusar matar civiles inocentes en las calles" y, por ende, dijo, existe "la posibilidad de que los militares bajo las ordenes de Raúl se dividan".

Hechos de este tipo, diagnostica, "causarían la ruptura del régimen sucesor" y significarían "el comienzo de un serio conflicto en la isla".

A su juicio, "es imposible prever cuánto tiempo Raúl Castro preservará el poder", en el caso de que "suceda a su hermano"; además, "no ha sido probado todavía como máximo dirigente", ya que Fidel "ha monopolizado siempre la toma de decisiones y el manejo de las crisis".

"Raúl carece de las más importantes cualidades de liderazgo de Fidel", afirma, y califica al hermano menor de Fidel de "torpe orador", nada "carismático"; alguien a quien, en realidad, la mayoría de los cubanos temen" y encuentran "desagradable".

Asimismo, continúa, es conocida de todos la afición de Raúl a "beber en exceso".

"¿Qué sucedería -se pregunta Latell- si se halla borracho en el momento de tener que enfrentarse a su primera crisis interna?"

No obstante, dijo, el "régimen sucesor" iniciará un "proceso gradual de transformación", dado que Raúl discrepa de "muchas de las políticas y prioridades" desarrolladas por Fidel.

Un nuevo escenario que podría suponer el fin del embargo comercial impuesto por Estados Unidos desde 1960 al país caribeño. Una vez que Fidel Castro "abandone el poder", el embargo "no durará mucho", afirmó.

En este sentido, indicó la posibilidad de que Raúl "quiera mejorar las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea" y, gradualmente, "descentralizar la economía, permitir empresas privadas e inversiones extranjeras bajo mejores términos".

Se trataría de un acercamiento al modelo político-económico chino, con medidas que "proporcionen a la gente pan... no circo".

En este proceso de transición, continúa, Raúl Castro trataría de fraguar un régimen capaz de transmitir a la "comunidad internacional" una imagen alejada del estilo "puramente pretoriano y militar" que hoy impera.



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