sabato, dicembre 03, 2005

LOS PELIGROS DE SUPRIMIR LA CARTILLA DE RACIONAMIENTO

LOS PELIGROS DE SUPRIMIR LA CARTILLA DE RACIONAMIENTO

ES LA MAS PROLONGADA DE LA HISTORIA

America Economica
Infosearch:
Máximo Tomás
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Diciembre 2, 2005


Hace unas semanas el presidente cubano, Fidel Castro, anunció que se generaban en la isla las condiciones adecuadas para eliminar la libreta de racionamiento. Sin embargo, los expertos consultados por Americaeconomica.com consideran que probablemente todavía no sea el momento.

El catedrático de Economía de la Universidad de Pittsburg especializado en Cuba, Carmelo Mesa, ha explicado a este diario las nefastas consecuencias de una hipotética eliminación de la cartilla de racionamiento en la isla. Según Mesa, las condiciones económicas para poder hacerlo están muy lejos de darse porque la situación económica, sin ser tan mala como la de la crisis de 1993, no es ni mucho menos buena. De hecho, 2004, según sus estimaciones, fue el tercer peor año desde 1994.

Producción interna. La cartilla de racionamiento supone que los cubanos pueden comprar alimentos en las tiendas subsidiadas en determinadas cuotas. Y, según Mesa para eliminar esa libreta, sería necesario un aumento de la producción interna o de las importaciones.

En lo que respecta a la producción la cosa va mal. Hay escasez. Según explica Mesa, la producción de la gran mayoría de los alimentos que consumen los cubanos, como arroz, frijoles, carne de vacuno y cerdo, pescados o mariscos, está estancada, por debajo de la producción de 1989.

Y respecto a las importaciones, este experto recuerda que el déficit comercial de 2004 fue de 3.000 millones de pesos (121 millones de euros), la cifra más elevada de la historia, lo que supone que Cuba no tiene hoy por hoy una capacidad para expandir las exportaciones que le permita tener recursos suficientes para financiar las compras en el exterior que serían necesarias realizar para sostener un sistema sin racionamiento.

No obstante, el Gobierno tiene técnicamente la posibilidad de decretar la eliminación de la cartilla con el objetivo de que los ciudadanos compren con los recursos que tienen lo que puedan y donde quieran. Pero sin aumento de las importaciones ni de la producción lo que se generarán son enormes colas en las tiendas porque aunque la oferta y la demanda será la misma la existencia de una cartilla lo que implica es una reducción de esas colas puesto que los cubanos tienen que ir para hacer efectiva su cuota de alimentos a precios subsidiados a una tienda concreta. Una obligación que desaparecería y que podría generar el caos.

Los precios. Además, habrá otro problema: el incremento de los precios. El Gobierno cubano tiene libertad de emisión de moneda porque la inflación, según explica Mesa, se controla en gran medida gracias a la libreta de racionamiento y a la regulación de los precios en las tiendas de recuperación de divisas y en sectores como el eléctrico o el del agua. El precio sólo se fija en función de la oferta y la demanda en los mercados agropecuarios (recientemente intervenidos para evitar fraudes) y el mercado negro.

Si se elimina la cartilla y todos los precios entran en ese libre juego de la oferta y la demanda, éstos subirán de forma vertiginosa. Mesa recuerda que el aumento de las pensiones y salarios que se produjo el año pasado ya generó un incremento de los precios, y eso a pesar de los controles, "por tanto, si tal y como ha anunciado el Gobierno de Cuba, se vuelve a producir un aumento de los salarios habrá otro repunte inflacionario que si, además, se uniera a la eliminación de la libreta generará un incremento de los precios de casi el doble".

De esta forma, y a pesar de los incrementos salariales, el poder adquisitivo se resentiría mucho. Actualmente, los cubanos pueden comprar alimentos con su cartilla de racionamiento productos durante entre una semana y 10 días al mes. El resto de sus necesidades las tienen que cubrir en las tiendas de divisas, algo que pueden hacer gracias a las remesas que les envían los familiares que han emigrado o otros países. En este momento, según estimaciones de Mesa, el 70% de los cubanos recibe estos flujos de capital desde el exterior.

Sube la electricidad. Por primera vez en cuatro décadas, Fidel ha decretado un aumento de las tarifas eléctricas que entrará en vigor en enero de 2006 y que afectará sólo a los consumidores domésticos de mayores ingresos. Además, también se han anunciado mejoras en los salarios y en las ayudas sociales.

El Gobierno, a través de un decreto, ha establecido que a partir de enero de 2006, las tarifas a cobrar por el consumo doméstico de energía se mantendrán para los primeros 100 kilowatios/hora (k/h) en el precio actual subsidiado de 9 centavos por k/h. Para el consumo mensual de más de 100 k/h y hasta 150 se eleva de 20 a 30 centavos por k/h. De 20 a 40 centavos se incrementa el precio para el consumo mensual de más de 200 k/h y hasta 250. De 20 a 80 centavos por k/h en el caso del consumo de más de 250 y hasta 300 k/h. Y por último, para el consumo mensual de más de 300 k/h se eleva de 30 centavos a 1,30 pesos por k/h el consumo adicional.

En el decreto se advierte que "todo intento de burlar o falsear los datos de los relojes contadores o el consumo fraudulento de electricidad deberá ser respondido con medidas enérgicas que pueden incluir hasta la suspensión del servicio".

Despreocupación ciudadana. El principal objetivo de este histórico incremento de tarifas es el ahorro de energía. El Gobierno cubano considera que en la isla existe entre la ciudadanía una despreocupación generalizada respecto al gasto de electricidad debido a los ínfimos precios que se le aplican. Además, también tiene en cuenta que los precios del petróleo se han elevado hasta superar los 50 dólares por barril y que las reservas probadas y probables de crudo y gas se agotan mientras crece el consumo por lo que mientras no surjan nuevas, sostenibles y eficientes fuentes de energía "el mayor deber económico y moral de las sociedades actuales y sus gobiernos en este instante es el ahorro de energía".

Además, en la nueva regulación también se destaca el hecho de que existen grandes desigualdades "entre los que reciben pensiones y salarios relativamente bajos y los que se benefician de grandes ingresos monetarios derivados de especulaciones, desvíos de recursos y otras formas de enriquecimiento ilícitos". Por este motivo el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social han anunciado, a través del mismo decreto sobre tarifas, que se procederá a la aplicación de los incrementos salariales pendientes y de las mejoras adicionales que irán elevando progresivamente las prestaciones más bajas de la seguridad y asistencia social.

Pensiones y salarios. En una información adicional, el Gobierno cubano ha informado de que se ha decidido incrementar las pensiones de cuantías más bajas. En esta ocasión se beneficiarán 762.433 jubilados y pensionistas que ahora reciben una pensión mínima de 150 pesos que se incrementa hasta 164 pesos, un 9,3% más. A los 443.837 jubilados que cobran 190 pesos se les aumenta la pensión un 6,3% hasta los 202 pesos. En total el coste anual de estas mejoras será de unos 192 millones de pesos (7,7 millones de euros).

Respecto a los salarios, con el objetivo de estimular la calidad del trabajo y la cualificación se establecen una serie de incrementos que, en general, beneficiarán a más de 2,2 millones de trabajadores con un coste anual de unos 1.259 millones de pesos (50 millones de euros) y un incremento promedio mensual de 43 pesos por trabajador.

Además, por primera vez desde 1982, se establece un aumento de los salarios de los trabajadores de la Administración central del Estado y los Poderes Populares.