sabato, maggio 06, 2006

Exposición del Ing. César Alarcón en la Conferencia de la ISHR - Mayo 5 de 2006 - NET FOR CUBA INTERNATIONAL - NOTICIAS

Exposición del Ing. César Alarcón en la Conferencia de la ISHR - Mayo 5 de 2006


Muchas gracias a los presentes: Miembros del Parlamento Alemán, Funcionarios del Parlamento Europeo, Distinguidos Embajadores, Directivos de la Sociedad Internacional de Derechos Humanos, Integrantes de otras distinguidas organizaciones defensoras de las libertades básicas, participantes, compatriotas, amigos en general.

Me honra dirigirles la palabra y compartir con ustedes el modo en que el MCUD y SOS Justicia analiza, comprende y cree que se debe tratar el problema de los oprimidos por el comunismo en Cuba, que es la generalidad del pueblo.

Trataré de abreviar mi intervención.

Partiré de la premisa de que para ganar cualquier batalla, sea ésta convencional o asimétrica, primero se debe considerar el potencial, las fuerzas reales, los aliados, los procedimientos que usa el enemigo en cuestión, ¡nunca se le debe subestimar!, y luego oponerle una fuerza física e inteligente superior. Por tanto sólo podremos vencer a nuestro adversario, a la dictadura comunista, utilizando el programa de lucha adecuado para esa tarea.

La permanencia del sistema totalitario en Cuba a pesar de los numerosos pronósticos adversos al mismo es una realidad que obliga a reanalizar los procedimientos y esfuerzos de esta lucha. Por lo tanto el MCUD y SOS Justicia creen que es primordial, que es obligación ética estudiar el fenómeno, exponer la verdad y partir de ella para conocer exactamente la naturaleza y modos operativos del régimen criminal que enfrentamos.
Hoy por hoy es común que medios de prensa y destacadas personalidades cubanas en el destierro aseguren: “El régimen castrista está en las últimas”, “El comunismo cubano se halla en coma”, El castrismo ya murió, sólo falta que extiendan el certificado de
defunción”. Sin embargo, el mal continúa y quien evidentemente se encuentra en muy malas condiciones es el pueblo oprimido de Cuba.

El MCUD y SOS Justicia consideran que difundir esas afirmaciones constituye un acto irresponsable pues se trata de aseveraciones infundadas y con ellas se ignora la realidad. Quienes las proclaman se pierden en el mar de las especulaciones y terminan encayando en el puerto del error. Ellos niegan la realidad que se manifiesta claramente para otros cubanos. La simple lógica señala que quienes niegan esta realidad si no pueden verla por limitaciones en su forma de analizar el problema, tampoco merecen apoyo ni confianza por lo cual recomendamos centrar la solidaridad y los fondos para aquellos opositores y asociaciones de ellos que apliquen o planeen usar métodos de lucha efectivos. La especulación y los proyectos imprecisos nos distraen del principal objetivo de liberarnos del opresor.

Con algunos ejemplos estadísticos, a los que cualquiera puede acceder simplemente buscando en ese aparato tecnológico llamado Internet, se puede comprobar que los estertores finales del régimen comunista cubano sólo existen en la imaginación de algunos compatriotas que erróneamente vinculan el sistema totalitario con la persona de Fidel Castro creando la falsa analogía de que el régimen comunista envejece a la par que su máximo líder. Este sofisma se deshace con hechos históricos como que tras la muerte de Lenin el comunismo siguió su curso en la URSS con Stalin, Kruchev, Breznied, Andropov y otros funestos directores del terror.

El partido comunista de Cuba mantiene infiltrada a la sociedad cubana del archipiélago y a la del destierro así como a la oposición y al periodismo independiente. Recibe considerable ayuda económica de Hugo Chávez y su gobierno e incluso de organizaciones como Naciones Unidas. Otorga becas a ciudadanos de diversos países como Estados Unidos de América, Venezuela y Angola por citar tres casos, también dona hospitales, entrega ayuda médica y educativa, todo a cambio de solidaridad ideológica. Los procedimientos de penetración de las mentes y de espionaje han sido perfeccionados por los comunistas cubanos al extremo de que ni el Pentágono ha salido ileso de los mismos.

¿Puede Fidel Castro, ese vejete babeante y de discurso incoherente, realizar esas tareas por sí mismo? El buen pensar indica que no, pues es imposible para un solo individuo llevar a cabo tanta obra maligna. Nos enfrentamos a más de un millón de militantes comunistas bien entrenados y secundados por cómplices nacionales e internacionales.

Otra de las hipótesis infundadas que se presenta como posible solución del problema cubano asegura que: “Más turismo en Cuba conllevaría más apertura hacia la democracia”. Con las tablas uno y dos (Chart I – II) el MCUD y SOS Justicia demostrarán que con el turismo los ingresos de la dictadura van en aumento así como que la visita de casi 20 millones de turistas en once años en nada ha contribuído a la libertad del pueblo oprimido ni al respeto de sus derechos humanos.

¿Alguno de los presentes podría señalar qué aporte hizo a la libertad o a la democracia en Cuba esos 20 millones de turistas cuando las noticias sobre represiones policiacas a la población, a la prensa independiente y a la oposición aumentan sin cesar? Las mayores contribuciones a esta labor represiva provienen de las ganancias que el régimen obtiene del turismo?

Quienes le piden al gobierno estadounidense el levantamiento del embargo comercial (que por cierto cada día embarga menos) deberían cuestionar ¿20 millones de turistas norteamericanos habrían conseguido la cuota de libertad y democracia que no lograron los turistas europeos, canadienses, mexicanos y japoneses que pasearon por Cuba en los últimos once años?

Con certeza se puede formular que:

Más turismo = Más dólares para la dictadura = Más policias y recursos para reprimir las libertades básicas = Más opresión para el pueblo cubano.

Los recientes actos represivos confirman irrefutablemente que los miembros de la incipiente sociedad civil cubana han sido inmovilizados por la represión castrista y por tanto no prospera debidamente la gestión opositora con métodos como el de recogidas de firmas, como el de los llamados a la opinión pública, como el de las propuestas de cambio al propio opresor, como el de la presentación de denuncias en foros internacionales sin jurisdicción para penalizar a los criminales que usurpan el poder en Cuba, ni con otros que no comprenden los métodos de lucha confirmados por la Historia.

Hay otra hipótesis que desde el punto de vista del MCUD y de SOS Justicia frena el desarrollo de nuestra lucha de liberación. Se trata de la idea infundada de que en circunstancias de opresión totalitaria es posible desarrollar suficientemente la sociedad civil como para conseguir cambiar el nefasto escenario presente en Cuba. Esta suposición ha sido aceptada por entidades que proveen fondos para la promoción de la democracia, de sus pilares y de sus valores éticos. Esta hipótesis confunde a compatriotas de la isla y del destierro. También les crea falsas expectativas con la consabida frustración que conlleva ese procedimiento erróneo. No hay más vía que el uso de la fuerza, ya sea en su modalidad violenta o en la no violenta, o en la combinación de ellas, para conseguir la liberación del pueblo cubano oprimido. Por tanto, SOS Justicia y el MCUD consideran que los fondos destinados a sustentar la hipótesis del desarrollo de la sociedad civil en condiciones de totalitarismo es dinero que se echa en bolsillos rotos, es dinero perdido, es dinero que se le resta a contribuyentes con decenas de necesidades sin satisfacer. Quienes proporcionan estos fondos por lo menos deberían exigir métodos de lucha definidos y planes viables. Sin el uso de la fuerza violenta hoy no existirían los Estados Unidos de América ni Alemania. Sin el uso de la fuerza no violenta hoy no sería realidad que los negros estadounidenses tienen iguales derechos que los blancos, ni el sindicato polaco Solidaridad hubiera puesto en jaque al régimen comunista.

Otra idea errónea desde el punto de vista del MCUD y de SOS Justicia es que proporcionándole al pueblo oprimido de Cuba informaciones a través de emisoras de radio y televisión se conseguiría que un pueblo desarraigado por la opresión como el de Cuba salga de la inmovilidad y tome acción contra sus opresores. Pero, aunque la información es necesaria en toda causa, no basta por sí sola para romper el yugo totalitario. Tampoco sirven para ello los intercambios culturales ni los eventos académicos ni los torneos deportivos ni el turismo. Sólo las acciones de fuerza empujarán al arbitrario ordenamiento impuesto por los comunistas hasta desplazarlos del poder que ocupan de modo ilegal e indefinidamente. Recordemos que ningún criminal detiene sus acciones por voluntad propia. El partido comunista de Cuba no es la excepción de esta norma dictada por el sentido común.

La difusión de noticias a Cuba, el periodismo independiente, los embriones de sindicatos independientes, las minúsculas bibliotecas independientes, las reuniones de disidentes, la redacción de proclamas políticas y de programas para el futuro democrático, las llamadas telefónicas, los equipos de fax, los correos electrónicos y el salón de computadoras de la SINA son herramientas de utilidad para la causa pero ninguna de ellas constituye un método de lucha. El MCUD y SOS Justicia recalcan que sólo la fuerza violenta, la no violenta o la combinación de ellas son los procedimientos liberadores confirmados científicamente por la Historia. Recalcamos que cualquier otro modo de obrar tiene por base la especulación, y especular conduce al error casi siempre. Se ha acumulado tanto horror en nuestra Patria desde 1959 que ya no podemos permitirnos errar más.
También hay quienes proponen “desamericanizar” el problema cubano al tiempo que abogan paradójicamente por la “europeización ” del mismo. Sobran discursos y juegos de palabras en nuestra causa de la misma forma que nos faltan unidad, planes reales, fondos y directores capaces de llevarlos a efecto.

Todo pedido de cambio al régimen del PCC ha sido en vano. En 1988 el Partido Pro Derechos Humanos de Cuba que hoy es afiliado a la Fundación Andrei Sajarov formuló la primera solicitud de plebiscito al gobierno de los comunistas, recogió firmas entre la población en apoyo de esa iniciativa pero la respuesta de los opresores fue represión policial, de igual forma que hoy reprimen a quienes insisten en ese procedimiento que nuestra Historia reciente confirma como inútil.

(EL PROYECTO VARELA SOLICITA LO MISMO Y LA RESPUESTA HA SIDO DOBLEMENTE ADVERSA: REPRESIÓN Y NUEVA MODIFICACIÓN DE LA ILEGAL CONSTITUCIÓN SELLANDO LA SUPUESTA VÍA LEGAL AL PUEBLO PARA IMPLEMENTAR CAMBIOS).
Sin el uso de la fuerza violenta o de la fuerza no violenta, o de la combinación de ambos procedimientos, no se vence a los sistemas arbitrarios. ¿Qué habría pasado con el pueblo iraquí si en vez de derrocar a sus opresores se les hubiera pedido a éstos la celebración de un plebiscito, o que efectuaran un proceso de reconciliación nacional o que realizaran cambios democráticos? La respuesta es obvia: los oprimidos seguirían siendo víctimas de los opresores como sucede en nuestra Patria desde 1959.

Cualquier plan para el futuro de Cuba cuyo primer paso no sea la liberación plena del pueblo oprimido (o sea el derrocamiento del arbitrario orden político, social y económico impuesto violentamente por el PCC) es inaceptable moralmente, perturbará la paz en caso de ser aplicado dicho plan, obstaculizará la instauración de la nueva república, e impedirá que se levanten los pilares de la democracia en nuestra Patria. Mirando a Europa podemos ver las consecuencias negativas de reciclar a los comunistas.

No debemos tener miedo ni sentir vergüenza al abogar por el derrocamiento de la injusticia en Cuba porque tanto la ciencia como la práctica indican que sin el uso de la fuerza no hay posibilidad de conseguir progreso en cuanto a lograr la liberación plena de los pueblos oprimidos y justicia verdadera. Esta fórmula también rige para Cuba. Por tanto, debemos basar nuestros planes democráticos en la experiencia que nos ofrece la Historia y en el uso de la razón. ¡No basta con desear el fin del terror de los comunistas! ¡Tenemos que unirnos, los de la isla y los del destierro, para usar los métodos de lucha capaces de derribar al sistema opresivo que menoscaba nuestra dignidad humana hace casi medio siglo!



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