¿DE NUEVO AJEDREZ RUSO-CUBANO?
Por Alberto Luzárraga
Futuro de Cuba org
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Celso Sarduy Agüero
Jefe de Buró
Cono Sur/Sudamérica
Dept de Investigaciones
La Nueva Cuba
Mayo 17, 2006
Recientemente en discurso pronunciado ante el parlamento ruso el Presidente Putin dijo claramente que la carrera armamentista no se había terminado y que Rusia invertiría gruesas sumas en nueva tecnología. Anunció también el lanzamiento de dos nuevos submarinos equipados con misiles de la más reciente tecnología. Y acto seguido lanzó fuertes críticas a los Estados Unidos a los que acusó de hipocresía por criticar la situación de derechos humanos en Rusia, mientras apoyaba a hombres fuertes en antiguas repúblicas soviéticas (hoy países independientes) como Kazajstán.
Todo esto lo pudiéramos considerar los cubanos como un simple episodio más de rivalidad entre grandes potencias. Pero un momento, no tan rápido, las famosas noventa millas siguen donde están y Cuba siempre presenta la deliciosa oportunidad de estar suficientemente cerca de Estados Unidos para servir de molestia o de jugada de ajedrez. Y como ajedrecistas, los rusos van a jugar de nuevo la carta cubana por aquello de si me aprietas, te aprieto.
Rusia estuvo molesta con Cuba porque no pagaba su deuda soviética pero ahora con la bonanza petrolera (Rusia es el segundo exportador mundial) este asunto ya no es tan urgente ni molesto. De hecho Rusia está nadando en divisas, tanto así que ofreció al club de Paris prepagar los 20 billones de dólares que debía y había renegociado en su época de vacas flacas.
Todo lo anterior nos hacía esperar acontecimientos respecto a Cuba pues ya se percibían indicios de cambio de actitud al proveer a Castro de cinco modernos aviones (incluyendo el particular del coma-andante) y financiarle el costo. Dar nuevos créditos sin cobrar los viejos que el deudor se resiste a pagar (único punto en que concordamos con el régimen aunque por razones diferentes) es admitir que son incobrables.
Y por fin saltó el gazapo en boca del Embajador de Rusia en La Habana Andrey Dmitriev, que aseguró según información publicada en CubaNet “que su país recupera a 'pasos acelerados' espacio económico' en Cuba y… que la mejora de las relaciones 'pronto' se reflejará en contratos.” Ofreció contribuir a la modernización del sector de transporte y comentó: “Hay un fuerte intercambio de hombres de negocios (¡que hombres!) de los dos lados y estoy seguro que pronto van a salir contratos.”
No todo fue comercial. Tal vez lo que sigue es lo más interesante: “Tenemos relaciones excelentes, en lo político estamos siempre en contacto, en diálogo permanente… estamos recuperando un nivel alto de cooperación en todas las esferas.” (Nuestro énfasis)
Que Rusia quiera vender no nos extraña pues al fin y al cabo muchos países acreedores de Castro lo hacen y tampoco cobran. Pero cuando se toman decisiones de financiar ventas de alta visibilidad política como el avión en que Castro se pasearía para atacar al ‘imperio’ hay que empezar a hacerse preguntas. Y las respuestas las dio el embajador. El diálogo permanente en lo político no es para adelantar la causa de la libertad en Cuba. La ex KGB gobierna en Rusia y vería con muy buenos ojos que sus alumnos gobernasen en Cuba. Y si esto molesta a los Estados Unidos, es un dividendo adicional.
Otra variable más a considerar en el siempre complicado asunto cubano que como de costumbre dará sorpresas continuadas a todos, incluyendo a los ‘segurosos’ cubanos que hasta ahora han disfrutado de un déficit de atención de su rival, el mentado ‘imperio’ que vivía felizmente adormilado en su prosperidad. Los durmientes están empezando a entender de nuevo que su seguridad nacional está siendo amenazada no sólo por los cauces tradicionales sino otra vez en el hemisferio occidental. Chávez y comparsa han servido de despertador y si Rusia añade otra campanilla, dentro de lo malo, mejor.
