Fidel Castro ha dado instrucciones
para evitar que el embajador John Bolton
acabe con las alianzas de Cuba
que evitan en la ONU la condena
por la violación de derechos humanos.
Agencias
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José F. Sánchez
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Marzo 2, 2006
Los derechos humanos son motivo de nuevo enfrentamiento entre Estados Unidos y Cuba, que sostiene una ofensiva diplomática contra Washington y su diseño de un órgano de la ONU destinado a sustituir al que actualmente se ocupa de esos asuntos. La desacreditada Comisión de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que desde 1948 entiende en la materia, será reemplazada por un Consejo cuya constitución quedó sin embargo bloqueada por Washington esta semana.
La reacción de Cuba se produjo después de que el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, dijo estar "muy decepcionado" del proyecto de resolución presentado el 23 de febrero por el presidente de la Asamblea General del organismo, el sueco Jan Eliasson.
El proyecto debía votarse esta semana, pero el embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, dijo estar "muy desilusionado" con el texto y amenazó con votar en contra si no era modificado. Tal decisión parece marcar un brusco giro en la postura estadounidense.
Bolton insistió en que los miembros del Consejo deberían ser elegidos por una mayoría de dos tercios de la Asamblea General, en vez de una mayoría absoluta, como señala el borrador. De esta manera, se intenta impedir el acceso de países a los que considera "violadores habituales de los derechos humanos", entre ellos Cuba, Libia, Sudán y Zimbabwe.
El embajador estadounidense también quiere un Consejo más pequeño que el propuesto, de 47 integrantes. Pero otros países advierten que un organismo con menos miembros sería más vulnerable a la manipulación política.
El régimen de Fidel Castro, que cada año en abril se enfrenta a Estados Unidos en la CDH incluso estimó que el actual proyecto de resolución no es contrario a los intereses de Estados Unidos.
Pérez Roque protesta
La cancillería cubana precisó que el proyecto incluye la reducción del número de miembros del órgano de derechos humanos de 53 a 47, eleva el mínimo de votos para la elección de un candidato a 96 y "mantiene la posibilidad de imponer resoluciones contra países del Sur, sin sujeción o respeto a criterio alguno".
Según la cancillería, dirigida por Felipe Pérez Roque -uno de las más cercanos colaboradores de Castro-, Estados Unidos pretende evitar que el naciente Consejo adopte decisiones contra el racismo y la xenofobia y que por el contrario, legitime la tortura.
La Comisión, que sesiona anualmente en Ginebra entre marzo y abril, ha sido escenario de frecuentes y encendidos debates entre las delegaciones de Cuba y Estados Unidos, que de manera directa o indirecta promovió desde 1990 mociones de condena a la dictadura de Fidel Castro. Hasta 2005, fueron aprobadas todas esas resoluciones sobre la situación de los derechos humanos en Cuba, con la única excepción de la presentada en 1998.
LA NUEVA CUBA