Un estado mendigo en la red Juan González Febles LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - El grupo verdeolivo de La Habana está a la cabeza de un estado mendigo. Se trata de un gobierno irresponsable que no paga sus deudas e incumple sus compromisos. Un lugar de alto riesgo para inversionistas. A pesar de lo anterior, existen empresarios y hombres de negocios dispuestos a asumir los riesgos. Un catalán en una ocasión informal me dijo, de forma muy reservada, que Cuba prometía. Nunca me aclaró exactamente en qué consistía la promesa. No era necesario. Este mismo catalán me confió que Cuba era muy superior al resto de América Latina. Afirmó que Cuba dispone de la fuerza de trabajo mejor calificada de todo el sur. Pero dijo que además se trata de un asentamiento para la corrupción más sólido que México. Para este catalán, los cubanos tenemos un diseño mental fuera de serie en el continente. Yo lo negué. Para ello me remití a nuestra incapacidad para desembarazarnos de Fidel Castro. Se limitó a recordarme que Fidel Castro también es cubano al igual que su equipo. "Ustedes le cortaron el aliento a su utopía, le dejaron sin nada. Él por su parte, se vengó con amargura. Ató las fuerzas productivas y creativas de toda una nación. Su proyecto está estancado, al igual que el de ustedes. Esta es su venganza". Sin pagarlo debidamente, apelando a la buena voluntad y a la compasión del mundo libre, el régimen de Fidel Castro ganó su acceso a Internet. Como en todo, el régimen cubano limita al máximo el acceso a la red y sus maravillosas aperturas. Para que el régimen se mantenga, la élite mantiene las fuerzas productivas atadas. Por esto mantienen lineas y espacios económicos aislados y excluyentes. Una élite privilegiada y su cúpula disfrutan de reservas sin límite y cuentas numeradas en el extranjero. Estas no cuentan como finanzas acreditadas del estado mendigo. Cuba y su pueblo son mendigos; la élite no. Cuba integra un selecto grupo de países depredadores de la red de redes. En el caso cubano, esto se hace a partir de los recursos que recibe, gestiona o mendiga de los mismos gobiernos y organizaciones que mantienen la expectativa del cambio racional en la conducta política del régimen. El cambio nunca se producirá. Al menos, no mientras Fidel Castro viva. El juego consiste en hacer ver que esto algún día sucederá. Mientras, los tontos invierten, los políticos apuestan y el régimen gana tiempo. Recientemente, el pasado 6 de julio, el euro parlamento se pronunció para que el grupo de los 25 se comprometa en un Código de Conducta que requeriría a empresas transnacionales "no participar en actividades represivas en Internet". Además de censuras a gigantes informáticos como Google y Yahoo se expusieron conductas como la de Cisco y otras firmas que por dinero, colaboran con dictaduras sobre aspectos técnicos de cómo reprimir mejor la libertad de expresión. La Unión Europea (UE) recomienda supeditar programas de ayuda a Cuba (al régimen de Castro) sobre desarrollo de las tecnologías y la información, a un acceso libre a la información. También se criticó a Telecom de Italia, que controla la red informática cubana, por su complicidad con las restricciones impuestas por la dictadura de Fidel Castro. Para que todas estas buenas intenciones materialicen resultados positivos, es necesario firmeza y voluntad política. No es difícil, se trata de un estado mendigo. Si la red no es liberalizada en Cuba, si no se garantiza acceso para todos, sin exclusiones ni censuras enojosas, que no haya Internet para nadie. Es decir, que termine el acceso para extranjeros y para paniaguados de la dictadura. Así como la dictadura "desconecta", que la dictadura sea desconectada. Que pague al contado, y si no puede hacerlo, que acate el dictamen del mundo libre. |
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| Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba controla el acceso a Internet. |
giovedì, luglio 13, 2006
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