domenica, luglio 16, 2006

No se atreven a viajar en Cuba con un Palm - Bitacora Cubana

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La odisea de una pareja argentina que ingresó a Cuba con una Palm

Bitácora Cubana, 15 de julio de 2006 - Argentina (Infobae)

Fueron de luna de miel y al ingresar los detuvieron por llevar una agenda electrónica que les decomisaron y no les devolvieron más. Clelia y Roberto Braverman contaron el mal momento. Las insólitos productos que no se pueden ingresar a la isla


Por Jorge Heili / Infobae.com


El régimen de Fidel Castro puede llegar hasta el ridículo cuando un turista viaja a Cuba para disfrutar de sus playas caribeñas.

Una pareja argentina decidió revivir en Cayo Coco su luna de miel tras diez años de matrimonio, y hace quince días llegaron con las ilusiones de un buen descanso en las paradisíacas playas, aunque nunca imaginaron que una agenda electrónica del tipo Palm les provocaría tantos problemas (ver Cartas de lectores)

Roberto Braverman junto a su esposa Clelia llegaron al aeropuerto y, en los controles migratorios, las autoridades cubanas detectaron la presencia de una Palm en la mochila que cargaba este matrimonio.

Rápidamente aparecieron varios oficiales que llevaron aparte a la pareja para preguntarles sobre el aparato que tenían consigo. Clelia le contó en exclusiva a Infobae.com el interrogatorio al que fueron sometidos. “Un agente nos preguntó si teníamos un equipo con GPS. Mi marido le respondió que sí, que su Palm tenía incorporado este sistema de navegación”.

Roberto es dueño de una imprenta en la provincia de Buenos Aires y que su hobbie es pilotear ultralivianos. Hace tiempo se compró una Palm que utiliza como su agenda personal y que incluye el GPS para ubicarse cuando pilotea. Este sistema lo traen los autos de serie en Europa y los EE.UU.

Cuando Clelia y Roberto aclararon que la Palm tenía GPS ante las autoridades cubanas, comenzó el calvario de este matrimonio, porque en primer lugar les exigieron el equipo, cuyo costo ronda los u$s500, y los expusieron a un agresivo interrogatorio por más de dos horas.

Clelia explicó que los agentes les mostraron "una ley que impide el ingreso de equipos como walkie talkies, handies y aparatos con GPS". Pero "esa información nunca nos la dieron en Buenos Aires", aclaró.

Durante dos horas pasaron oficiales que iban y venían y el maltrato fue la constante. “Nos preguntaron a qué nos dedicábamos, por qué teníamos ese aparato, para qué la utilizábamos. Nos retuvieron los pasaportes y los pasajes, todo de muy mala manera, tratándonos como si fuéramos terroristas”, relató la mujer.

Pero lo peor vino después, ya que Braverman les ofreció a los oficiales que se quedaran con la batería y que al salir de Cuba, se la devolvieran ya que allí no se consiguen estos equipos. La sorpresa fue que les confirmaron que la Palm debía quedar en poder del estado cubano en perfectas condiciones de funcionamiento, y que no sería devuelta, sino decomisada.

Clelia y Roberto no podían creer que el gobierno de Castro les confiscara un equipo de u$s500 donde se guardaban datos personales de un pequeño empresario que tiene una imprenta.

En Buenos Aires, la embajada cubana les negó que lo ocurrido fuera cierto, a pesar de que presentaron toda la documentación. Posteriormente, la Oficina de Turismo les aclaró que la vigencia de esta ridícula ley es real.

Ahora, el matrimonio espera que les devuelvan la Palm, pero Clelia le dio su visión a Infobae.com: “Llegué y mandé una carta a la Embajada de Cuba y nadie me contestó, todo lo hice a través de la agencia de viajes. Nos dijeron que podemos reclamar, pero sabemos que esa Palm está perdida”

“Nos fuimos de Cuba y creemos que los turistas tienen que saber a qué riesgos se exponen. Yo creo que no hay que llevar ni un teléfono celular”, concluye.