domenica, settembre 14, 2008

Pando: quien disparo' primero - Anonymous from DemocracyCenter


Lo que no está claro es quién disparó primero. Según las versiones de varios pobladores de Porvenir, ellos se movilizaron para bloquear los camiones en los que venían los zafreros. Admitieron que maquinaria de la Prefectura los ayudó haciendo hoyos y barricadas en el camino, pero aseguran que por la madrugada estaban desarmados. El primer enfrentamiento fue sin armas de fuego y los afines al MAS hicieron huir a los pobladores de Porvenir, que se reagruparon y volvieron con un grupo mayor, a las 7:00. Según ellos, en ese momento fueron sorprendidos por los masistas, que comenzaron a dispararles con salones calibre 22 y escopetas. 
Por el lado de los oficialistas, la historia da la vuelta. Miguel Becerra, líder de la agrupación ciudadana Movimiento Amazónico de Renovación (MAR), asegura que la balacera se desató después de que un funcionario de la Prefectura de Pando atropelló a dos campesinos. “Luego, todo fue una confusión”, añadió.
En Porvenir, un hombre que aseguró que estuvo al frente del grupo autonomista dice que los oficialistas se armaron en la hacienda que Becerra tiene en la zona. “Salieron con salones, escopetas, pistolas y hasta gases lacrimógenos”, relató el hombre.
En ese momento comenzó la tragedia. Los zafreros mataron a dos personas, un poblador de Porvenir, que cayó con un disparo de salón en el cuello, y el funcionario de la Prefectura de Pando Pedro Oshiro, que fue capturado en su vehículo y matado con un disparo ascendente que le entró por debajo del mentón y otro tiro en la sien. 
“Después nos persiguieron. Nosotros nos dispersamos en el monte, porque nuestros propios vecinos de Filadelfia nos estaban esperando por atrás. Por suerte conocemos bien el monte y pudimos llegar hasta Porvenir. Ellos se vinieron por el camino, quemando todo lo que encontraban y disparándole al que se les cruzaba, hasta que llegaron a la plaza de Porvenir, tomaron rehenes y se parapetaron en el medio”, cuenta un testigo.
Allí los encontró el contingente policial que llegó hasta la zona, sólo con equipo antimotines. El comandante de la Policía de Pando, coronel Silvio Magarzo, tuvo que replegarse al fracasar sus gestiones para desarmar a los masistas. 
La situación cambiaría pronto. A las 10:30, luego de una hora de ocupación de Porvenir, un grupo proveniente de Cobija, distante 34 kilómetros del centro del conflicto, llegó en unas volquetas del Servicio Departamental de Camino e igualó el poder de fuego. Pronto, los pobladores de Porvenir sacaron sus armas y comenzaron a atacar a los zafreros. Incluso, un poblador utilizó una ametralladora descrita como ‘pequeña, pero con buen calibre’. 
En ese momento, la Policía se replegó y los afines al Gobierno comenzaron a retroceder y replegarse hacia el monte. Seis cayeron en el mismo pueblo y una treintena quedó herida. Los enfrentamientos se prolongaron hasta las 14:00 y se teme que haya muchos más muertos de los reportados en el hospital Roberto Galindo de Cobija. 
De ambos lados había una organización para la matanza. Los oficialistas se reconocían entre sí a través de cintas amarillas amarradas en las muñecas. También había personas con cintas rojas y verdes. Consultada sobre este distintivo, la delegada presidencial de Pando, Nancy Texeira, reconoció que ellos pertenecían a la policía sindical.
Al mediodía, los zafreros que persiguieron a los de Porvenir se convirtieron en perseguidos. Como no conocían el monte, se encerraron cerca de la barranca del río Tahuamano. Ahí fueron acorralados y, cuando trataban de cruzarlo, fueron alcanzados por los autonomistas, que les tiraron en el agua. “Les dispararon como cazando troperos. Esos cuerpos se los llevó el río, están en el monte o en los arroyos. Esas cifras que sacan en la tele no son ciertas, por lo menos hay veinte muertos más”, dijo el poblador de Porvenir. “Es una pena lo que pasó, pero ellos (los zafreros) tampoco eran cristianos”, añadió.
Cuando los cuerpos comenzaron a llegar a Cobija, se desató más la violencia. Jóvenes salieron a quemar y saquear los ‘negocios de collas’ y buscaban por toda la ciudad a Miguel Becerra y al asambleísta del MAS Beimar Becerra. Los dos fueron identificados por 15 rehenes que fueron llevados hasta el Comité Cívico. Antes de ser entregados a la Policía, dijeron que ambos les ofrecieron Bs 200 por día para ir a un congreso campesino en Filadelfia, pero luego les dieron armas para pelear.
Todos los que tuvieron alguna alianza con el Gobierno han pasado a la clandestinidad y temen por sus vidas. “Lo que pasa es que aquí todos somos familia y estas cosas que han pasado duelen mucho”, dijo uno de ellos, que pidió no ser identificado. Se teme que los enfrentamientos continúen. 

http://www.eldeber.com.bo/2008/2008-09-12/vernotaahora.php?id=080912025512