lunedì, aprile 17, 2006

ND: CUBA podrá vender petróleo venezolano

Cuba controla venta de crudo venezolano en el Caribe

El gobierno de La Habana posee 51% de las acciones de la nueva empresa PDV-Cupet. La gerencia cubana dispone así de 150.000 barriles de petróleo diarios y está autorizada a comercializarlos dentro y fuera de la isla
JOSÉ SUÁREZ-NÚÑEZ - El Nacional



La firma de la creación de PDV-Cupet responde al compromiso adquirido entre los gobiernos de ambos países en abril de 2005, cuando suscribieron una carta de intenciones para impulsarla

La firma en La Habana de un contrato entre Pdvsa y Cuba Petróleo (Cupet) el pasado 10 de abril, permite a la compañía cubana convertirse en un actor preponderante en la comercialización de crudo venezolano en el área del Caribe.

La recién constituida PDVCupet, según reportó el diario oficial cubano Granma, será controlada en 51% por Cuba en 49% por Venezuela. Aunque no se dio información adicional de los aportes de cada una de las partes, expertos consideran que Cuba no dispone de suficiente dinero fresco para pagar su paquete accionario. La suposición se basa en que la isla recibe financiamiento especial a 15 años para cancelar la factura de suministro petrolero venezolano.

El primer paso del negocio se dio el mismo día en que ministro Rafael Ramírez suscribió en La Habana, por medio de Petrocaribe, una inversión de 83 millones de dólares para reactivación de la refinería Camilo Cienfuegos, situada sur de la isla.

Como primera medida se pondrán en operación las unidades de destilación atmosférica, para producir 15.000 barriles diarios de gasolina regular; 14.225 de diesel; 7.322 de combustible jet fuel ; 32.525 barriles de fuel oil 958 barriles diarios de gas licuado de petróleo.

Estos volúmenes de combustibles procesados en la refinería de Cienfuegos cubrirán demanda interna y permitirán destinar a la exportación más de 9.000 barriles diarios de gasolina automotor y 582 barriles diarios de combustible de aviación para atender el mercado del Caribe.

La empresa mixta PDV-Cupet se estructuró dentro de la denominada Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) y se concedió la facultad de comprar, vender y comercializar hidrocarburos, dentro y fuera del territorio cubano, transportar por la vía fluvial o terrestre petróleo y sus derivados, así como exportar. La empresa, por tanto, puede actuar como trader, o agente de comercio petrolero.

Expertos consultados dijeron que la iniciativa constituye una decisión política económicamente improductiva. El previsto centro de almacenamiento de crudos en los terminales del puerto de Matanzas, para atender el mercado del Caribe en futuro, fue considerado innecesario, puesto que con tecnología de telecomunicaciones las operaciones para los relativamente pequeños embarques de crudo previstos pueden hacerse desde Caracas.

Más barriles para la isla

Cuba tendrá además de los 93.000 barriles diarios actuales, otros 66.000 barriles para la refinería Cienfuegos, así como la licencia para operar la comercialización a su conveniencia.

Lógicamente, que el gobierno cubano cobrará por ese trabajo.

En sectores privados existe además la sospecha de que al crudo venezolano que llegue a Matanzas o Cienfuegos no se le podrá hacer seguimiento y control, puesto que Cuba no debe rendir cuentas a la Contraloría o al Parlamento venezolano.

Los traders consultados advirtieron que un gobierno conflictivo como el cubano no es el apropiado para hacerse cargo de las ventas venezolanas en el Caribe.

Además, los barcos que carguen en Cuba tendrán prohibición de acercarse a las costas estadounidenses durante varios meses.

En los primeros años del gobierno de Rómulo Betancourt, una delegación cubana, encabezada por Fidel Castro, estuvo en Caracas en busca de precios especiales para el petróleo.

Betancourt, que no tenía simpatías con Castro desde los años que vivió exilado en Cuba, respondió que el petróleo que se exportaba era un área de las transnacionales, y no podía intervenir por una elemental política de Estado. Además de no fiarle, no le hizo descuento.

Durante la gestión de Rafael Caldera, el gobierno de La Habana insistió nuevamente en buscar petróleo con descuento y tampoco tuvo éxito. También, sondeó la situación durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. En la llamada “vieja Pdvsa” se hizo lobby para que Venezuela se asociara en la refinería Cienfuegos, paralizada desde que la Unión Soviética paralizó la ayuda a la isla, pero la industria consideró que era un mal negocio.

Con renovados esfuerzos el gobierno cubano volvió a insistir y a partir del año 2000, durante la presidencia de Héctor Ciavaldini en Pdvsa, una misión de la estatal venezolana viajó a La Habana para presentar después un informe a la junta directiva de la Corporación.

Pesimistas con Cienfuegos

“Todas las unidades existentes en Cienfuegos, actualmente en operación, resultarían operacionalmente inviables, al ubicarse las unidades de proceso por debajo de su capacidad mínima de operación”, señalaba el informe.

Dos años después, los criterios siguieron siendo negativos.

Dijeron en aquella ocasión: “La refinería tiene una capacidad nominal de 65.000 barriles diarios, lo cual representa 49% del sistema de refinación cubano, compuesto principalmente por otras dos refinerías ubicadas en las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba.

La evaluación de la refinería de Cienfuegos, de tecnología rusa, se realizó mediante un modelo de simulación desarrollado por Petróleos de Venezuela. En un estudio inicial se calculó que se requería una inversión inicial de 42 millones de dólares, necesarios para completar mecánicamente la refinería y operar todas las unidades. No obstante, la cifra está sujeta a revisión, si se considera la obsolescencia de los equipos e instrumentos, además del desconocimiento del estado interno de los equipos, los cuales han permanecido fuera de servicio por tiempo prolongado y algunos de ellos nunca han sido operados.

Se concluyó que una salida válida podría estar en potenciales intercambios de corrientes o sinergia con el sistema de Pdvsa, la racionalización de unidades de la refinería, con lo cual se reduciría la inversión para su reactivación a unos 30 millones de dólares, suma que actualmente también está sujeta a revisión.

Como contraparte, Cuba permitiría la ubicación en su mercado interno de la marca PDV, lo que significaría una puerta para alcanzar una mayor presencia en toda el área de Centroamérica.

Posteriormente se produjo otro informe más negativo, que advertía que el escenario era negro, pero no proporcionaba datos. Al evaluar los técnicos la refinería como un negocio, sin estudiar la participación de Pdvsa como socio y los efectos derivados de la competencia de productos, el rango de pérdida de valor calculado rondaba los 23 millones de dólares.

Reventa de petróleo

El diario El Nuevo Herald, de Miami, registró declaraciones de operadores del mercado latinoamericano referidas a que una buena parte de los cargamentos de petróleo y derivados autorizados por el Acuerdo Energético de Caracas, que ya superan los 90 barriles diarios, son revendidos en mercados de Centroamérica y el Caribe, por corredores de la empresa cubana Cupet, que genera hasta mil millones de dólares en beneficio para la economía de Cuba.

Estos mecanismos se hacen mediante empresas que tienen oficinas en Centroamérica. “Los envíos ni siquiera llegan a Cuba y son desviados por los nuevos brokers cubanos, ahora vendedores del crudo venezolano que operan en Panamá, Guatemala, Nicaragua, Honduras y El Salvador”.

Agrega la nota, que como Cupet tiene prohibición de operar en Estados Unidos, lo hacen a través de la firma Internacional Petroleum S.A., conocida también como Ipesco, cuya sede principal está en la zona libre de Colón, en Panamá.

Cuba está revendiendo el petróleo porque no cuenta con la infraestructura para refinar los grandes volúmenes de crudo que recibe, dijo el investigador Hans De Salas, quien próximamente lo dará a conocer en un estudio.

Señaló que presumen que reciben muchos volúmenes de derivados y los revenden.

“El suministro venezolano constituye un pilar de la economía de la isla, lo cual permite a Fidel Castro una mayor maniobrabilidad política. Hoy, Castro se siente más seguro, más belicoso y con menos dependencia de la Unión Europea, gracias al petróleo venezolano”, declaro el economista Antonio Jorge, de la Universidad Internacional de la Florida.

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