Ex oficial cubano revela la 'Operación Fantasma' de ayuda a la izquierda en Latinoamérica
Durante más de 30 años, La Habana negó o soslayó su ayuda a movimientos izquierdistas, y sólo en los años noventa Castro lo admitió públicamente.
Agencias
miércoles 19 de abril de 2006 15:39:00
AFP/ La Habana. El gobierno de Fidel Castro, acusado en la década de los años años sesenta de exportar su revolución, prestó ayuda política y militar a izquierdistas de Argentina, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela desde 1962, en una "Operación Fantasma" revelada en La Habana por un ex oficial cubano.
En su libro Tania la guerrillera y la epopeya suramericana del Che, recién publicado, Ulises Estrada, de 71 años, narra detalles de cómo en sus años mozos participó en la "Operación Fantasma", bajo las órdenes del comandante Manuel Piñeiro Barbarroja, quien capitaneó por más de tres décadas la inteligencia política cubana.
Estrada, actualmente periodista, cuenta que en octubre de 1962 el legendario Barbarroja (1933-1998), viceministro del Interior en los años sesenta y quien más tarde fue jefe de Departamento de América del Partido Comunista de Cuba, le encomendó trabajar en un nuevo departamento, la Sección de Operaciones Especiales (MOE).
"Tendría (la MOE) como única responsabilidad la conducción de diversas operaciones clandestinas vinculadas a la solidaridad de nuestro país con las diferentes organizaciones y movimientos revolucionarios", señaló.
Esas acciones debían realizarse "con el más absoluto sigilo, sin dejar rastros ante nuestros propios amigos (entre ellos, los del llamado campo socialista y los partidos comunistas latinoamericanos) y evitando a toda costa que fueran detectadas por los órganos de inteligencia y contrainteligencia del enemigo", añade.
La "Operación Fantasma" incluía varias operaciones según los países, entre ellas la "Matraca" y la "Sombra", que se desarrollaban en Bolivia, con la participación de varios oficiales, entre ellos Abelardo Colomé Ibarra, conocido como comandante Furri, actualmente ministro del Interior.
Mediante la operación Matraca el MOE estaba contribuyendo a la entrada clandestina en Perú de una pequeña columna guerrillera del posterior Ejército de Liberación Nacional, encabezado por Héctor Béjar e integrado por el poeta Javier Heraud.
La operación Sombra buscaba el ingreso en Argentina de un grupo de nacionales y los cubanos Hermes Peña y Alberto Castellanos, que bajo las órdenes del periodista Jorge Ricardo Masetti, y con la ayuda del Frente de Liberación Nacional de Argelia, fundarían un frente guerrillero.
"Al concluir mi participación en esas operaciones, Piñeiro me envió a participar en el entrenamiento guerrillero que entonces recibían algunos de los integrantes de uno de los dos grupos de revolucionarios peruanos que se preparaban en nuestro país", añade.
En Colombia se apoyaba a los izquierdistas que después constituyeron el Ejército de Liberación Nacional, y en Uruguay y Venezuela, "la solidaridad iba dirigida, en lo fundamental, a preparar los aparatos militares de los partidos comunistas de ambos países".
"En el caso venezolano esa ayuda se intensificó después de 1962 y en respuesta a la ilegalización del Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de ese país, fueron fundadas las llamadas Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN)", concluyó.
Durante más de 30 años, La Habana negó o soslayó su ayuda a movimientos izquierdistas en América Latina, y sólo en los años noventa Castro lo admitió públicamente, haciendo una sola excepción: México.
Además de los detalles de la Operación Fantasma, Estrada narra en su libro su idilio con la revolucionaria germano-argentina Tamara Tania Bunke, integrante de la guerrilla boliviana de Ernesto Guevara.
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