por Carlos Sabino
Después de 47 años de férrea dictadura, Fidel Castro por fin ha cedido el poder. No lo ha hecho por razones políticas sino porque su salud no le permitía seguir al frente del estado; no ha sido de un modo definitivo porque espera poder retornar al mando, luego de que se recupere de la operación a la que ha sido sometido; no lo ha devuelto al pueblo de Cuba, largamente ignorado en toda decisión importante, sino que lo ha cedido a su propio hermano, cual soberano que sigue ciertas reglas dinásticas y considera su dominio político como cosa personal.