De manera que, si Cuba no es ya más el centro de la izquierda revolucionaria latinoamericana, ¿entonces qué es ahora? Devendrá en una isla con alguna que otra importancia estratégica ocasional — aunque nada importante al presente — con un régimen de funcionarios tan inspiradores como un Congreso del Partido búlgaro en 1985. Cuba con Fidel fue la esperanza de la izquierda latinoamericana. Cuba sin Fidel sólo ofrece un método aburrido, un estado con un pasado glorioso y un futuro dudoso.
LA NUEVA CUBA