giovedì, gennaio 31, 2008

Diplomacia chavista: "Nuestro servicio exterior es motivo de burla fuera del país"

Nacional y Política - eluniversal.com:
Entrevista // Juan Francisco Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela
"Nuestro servicio exterior es motivo de burla fuera del país"

Contreras resalta la necesidad de la profesionalización de la diplomacia venezolana (Kisai Mendoza)



"No estamos en contra de que el Presidente designe funcionarios de nivel, sino de que se politice el servicio exterior"

REYES THEIS
EL UNIVERSAL

Hoy se cumplen 50 años de la fundación del Colegio de Internacionalistas de Venezuela. Una institución que nació junto con la democracia y que se estremece por la posibilidad de que se le dé un golpe mortal a la carrera diplomática.

El presidente del Colegio, Juan Francisco Contreras, alerta sobre los riesgos de politizar un función que debería ser estrictamente profesional.

-Coméntenos su impresión sobre el estado de las relaciones internacionales de Venezuela.

-Lamentablemente el factor ideológico está prevaleciendo. Resulta que ahora nuestros principales aliados son países que tradicionalmente no habían sido ni amigos ni aliados, como el caso cubano, relegando nuestros socios y amigos tradicionales como lo fueron Colombia y Estados Unidos, que han pasado a ser nuestro enemigos en materia internacional. Esto es un cambio en la política exterior que no estoy seguro que sea conveniente. Igual es el caso de otras alianzas como Irán, que es antinatura porque Venezuela tiene muchos más vínculos con el hemisferio occidental.

-¿En realidad se puede decir que Venezuela cuenta con una política exterior?

-Una cosa que refleja la realidad de lo que está pasando en la política exterior venezolana es un caso que ha pasado a ser ya anécdota en el Ministerio de Relaciones Exteriores, cuando el ministro (Luis Alfonso) Dávila reunió a todos los embajadores (venezolanos) y les informó que la política exterior de Venezuela se dictaba en Aló Presidente, o sea, que lo que los diplomáticos tenían que hacer era oír el programa y ver las líneas que se generaran de allí. Eso, por su puesto ha sido muy negativo y lo vemos con todos los incidentes que ha tenido el país. Nuestro servicio exterior es ya motivo de burla en muchos sectores diplomáticos, por la improvisación de estos últimos años.

-¿Manejan cifras del personal que es de carrera diplomática y el que no?

No. Lamentablemente en el Ministerio (de Relaciones Exteriores) ya todas las cosas son secretas. Lo que nos llega son comentarios de la Cancillería que nos dicen que nombraron al hijo de éste, o al primo de tal, o que un funcionario del Gobierno que fue sacado lo mandaron al exterior. Lo cierto es que ha ido disminuyendo el número de funcionarios de carrera que permanecen en el servicio.

-¿Qué les dice el personal que trabaja en la Cancillería?

-De la gente que tiene tiempo allí y sabe cómo se manejaba la Cancillería, hay una especie de frustración. Mucha gente ha tenido que adaptarse a lo que está viviendo para no perder su trabajo. Hay gente que se amalgama de la situación y sigue cumpliendo sus funciones, pero, hay una especie de desmoralización del personal de la Cancillería, sobre todo del que sabe cómo se manejan las relaciones diplomáticas en los países occidentales, de las buenas cancillerías en América Latina, como Itamaratí (Brasil) o de Chile.

-¿Antes de este gobierno era distinta la situación? Siempre se ha dicho que las embajadas en Venezuela son premios a la fidelidad al presidente de turno.

-Claro que era distinta. Antes había una ley del Servicio Exterior que se respetaba y que dictaba los mecanismos que establecía el ingreso de funcionarios no de carrera al servicio exterior. Realmente no es que estemos en contra de que el Presidente designe ciertos funcionarios de nivel, lo que estamos en contra es que se politice el servicio exterior, porque eso quiere decir que cada vez que haya un cambio de gobierno, tendría que cambiarse toda la estructura de la Cancillería. Lo que siempre hemos defendido es que exista un grupo de funcionarios de carrera que sean formados para defender los grandes intereses del Estado venezolano y, por supuesto, que en las embajadas en las cuales el Gobierno quiera darle un matiz especial o político, puedan nombrarse funcionarios que coincidan ideológicamente, pero tiene que permanecer una estructura, que es la esencia del servicio exterior, que es la gente que se forma, que estudia y se prepara para poder entender y relacionarse con todos los países del mundo. No hacerlo, lo que trae como consecuencia es que se cometan errores, que se desconozcan las normas de los protocolos, que se desconozca todo lo que tiene que ver con el servicio exterior.

-¿Quizá haya temores de que el personal diplomático no comprometido ideológicamente pueda sabotear la gestión del Presidente en materia internacional?

-Eso es imposible. No existe forma de que el personal sabotee la gestión. Con el poder económico y mediático de este gobierno es prácticamente imposible. Eso es una justificación de tipo ideológica para tratar de acabar con lo poco que queda de carrera diplomática.