Lo que les cuesta mucho entender es que en Madrid se admita la presencia de un agente del máximo responsable de su ruina. Los embajadores de Castro no están al servicio de los cubanos ni de sus intereses. Están a la orden de sus verdugos y al servicio de sus negocios. ¿Qué se puede esperar de unas embajadas que han negado miles de visas a miles de cubanos que quisieron viajar a su país para despedirse de una madre anciana y enferma?
Víctor Llano - Hijos del odio - Libertad Digital