sabato, agosto 15, 2009

El castrismo aplasta PANFILO - MIERDOSOS!

¡Pobre Pánfilo!

OTTAWA, Canadá, agosto, (www.cubanet.org) -La noticia salió en Cubanet: el famoso Pánfilo será juzgado por “Peligrosidad social pre-delictiva”, uno de los engendros jurídicos del castrismo, para meter preso a cualquier ciudadano que el régimen considere molesto. No importa que hayan firmado los Pactos de la ONU, de respeto a los derechos humanos: el comunismo no respeta ni sus propias ordenanzas.

Juan Carlos Gonzáles, alias Pánfilo, dedicó gran parte de su juventud al trabajo en la marina mercante. Quizá la degradación y casi desaparición de la Marina, otrora joya de la propaganda castrista, obligó a este pobre hombre a buscar otros horizontes. Pero no los encontró. En cambio, como muchos otros cubanos, al final encontró la miseria y el alcohol.

Y un día, en medio de una borrachera para recordar, y sin tener nada que comer, explotó:

¡Jama, aquí lo que hace falta es jama! ¡Aquí lo que hay es tremenda hambre! ¡Comida! ¡Asere graba ahí, que te lo dice Pánfilo en Cuba, que no dice mentiras! ¡Tremenda hambre!

Y todo fue filmado y puesto en YouTube, donde conoció la fama inmediata. En cuestión de días, el humor cubano lo hizo famoso y hasta llegó a ser pariente del Presidente de EE.UU.: Pánfilo Ojama. Y lo pusieron a cantar reguetón en la famosa red de redes. Y le llenó el día de carcajadas a millones de cubanos alrededor del mundo.

Fue suficiente para las hordas totalitarias, que han desterrado hasta el humor de la isla bella. Y a su casa llegó el espanto de la soldadesca, la tenebrosa Seguridad del Estado y la Policía. Le hicieron la vida imposible. Como dijo en su segundo video: “!Asere, estoy metido en tremenda candela! ¡Ustedes han hecho mucha plata, pero yo no he visto un kilo!”

Su familia está en la fuacata, en la prángana, vale decir, en una siniestra ordalía medieval de miseria y terror.

Pánfilo es el producto más vistoso del castrismo: el hambre, la pobreza y la miseria como instrumentos de dominación. Y el alcohol para no sentir, no pensar, no sufrir y, sobre todo, no hablar contra la dictadura militar.

Desde luego que esa mafia en el poder, esa gentuza excretal - perdonen la licencia poética - que todo lo manipula y lo llena de mentiras, no publica las exorbitantes estadísticas del alcoholismo en Cuba: hombres y mujeres, viejos y jóvenes y, ¡hasta niños! son grandes consumidores de bebidas alcohólicas.

Ese alcoholismo engendra violencia familiar y ha disparado las tasas de divorcio a límites insospechables, que tampoco la mafia publica. Como no publican las cifras de muertes por alcoholismo, las cifras de abortos o las cifras de embarazos prematuros en niñas y jovencitas del país. Todo eso es parte de una operación de escamoteo.

Pero Pánfilo es también la muestra de la escandalosa situación de los negros bajo la bota castrista. Ese grupo poblacional, uno de los más vulnerables de la sociedad cubana, demuestra la cruda realidad del totalitarismo: decenas de miles de jóvenes negros en las cárceles castristas, por delitos que no lo son en ningún otro país. Cientos de miles en los peores trabajos, bien, pero bien lejos de los centros de poder, fuera del turismo y del acceso a las divisas, condenados a la prostitución y a la búsqueda ilegal en el mercado negro, de algunos recursos para la subsistencia y la sobrevivencia, bajo todos los límites de la miseria y la pobreza.

Los viejos y no tan viejos, durmiendo las borracheras en las calles o de “buzos y leones”, hurgando en la basura o las mujeres negras de la tercera edad, disfrazadas de esclavas del siglo XVIII, en las áreas frecuentadas por el turismo extranjero, para buscarse la difícil moneda dura. Los grupos de músicos, en una desenfrenada competencia para que les den algo de la moneda “del enemigo”.

Ya que hemos contribuido a esta inmerecida situación en que se encuentra este pobre hombre. Ahora, por lo menos, deberíamos expresar en toda la red, nuestra condena y profunda repugnancia contra los verdugos del totalitarismo y la solidaridad sin límites para Juan Carlos Gonzáles y su familia.

Al final, Pánfilo no cometió ningún delito. Decir que en la Cuba de los Castro hay hambre, es una verdad de Perogrullo, que todo el mundo conoce.

La represión de estas hordas de la infamia, no conoce de libertades ni derechos. Ahora su rencor va dirigido a este pobre hombre, cuyo único delito ha sido decir la verdad.

¡Libertad para Pánfilo!

¡Libertad para el pueblo de Cuba!

Asdrúbal Caner Camejo, Representante del PSC en Canadá.