He tardado en escribir sobre la agresión sufrida por Yoani Sánchez porque cada vez que lo intentaba un inexplicable olor a humo y a pólvora me impedía continuar. Conté hasta 10, me di una ducha de agua fría, consulté a los más moderados y he aquí el resultado:
Reto públicamente a una persona que se hace llamar “el agente Rodney” y que habla y se conduce como si fuera un miembro de la Seguridad del Estado, a que acuda el próximo viernes 20 de noviembre a las cinco de la tarde a la esquina de 23 y G. No lo desafío a liarnos a los puños ni a cruzar sables o pistolas, sino a dialogar. Si es hombre cívico, si está convencido de que lo ocurrido está sustentado en sólidos principios morales, que vaya y que exponga las razones que tuvo para participar en la golpiza de que fue víctima mi esposa Yoani Sánchez el viernes de la pasada semana. También puede acudir para desmentir a quienes han denunciado el hecho, ésta sería su ocasión. Si por el contrario desea enviar la señal de que las acusaciones son ciertas, entonces que no vaya. Todos entenderemos el guiño.
Tengo la mejor disposición de aceptar sus sinceras disculpas. Prometo que las haré públicas porque soy un hombre de paz y quiero darle esa oportunidad. También acepto la presencia de testigos. Subrayo que no estoy convocando a la prensa extranjera ni al cuerpo diplomático, ni a la oposición ni a los periodistas independientes, ni estoy haciendo un llamado a los cientos de jóvenes que marcharon por la no violencia desde esa misma esquina el pasado 6 de noviembre, ni siquiera reclamo a mis amigos, solo digo que acepto testigos.
Al principio pensé retarlo para el viernes de esta misma semana, pero cae 13 y no quiero poner en aprietos a los supersticiosos, además el 20 de noviembre es el 64 aniversario del inicio del proceso de Núremberg y me parece una excelente fecha a favor de la justicia. Como tengo la impresión de que Rodney es un seudónimo, publico aquí su foto, para que quien lo conozca le avise.
Lo esperaré hasta las seis de la tarde, iré desarmado.
PD: Niego anticipadamente la autenticidad de cualquier mensaje telefónico, correo electrónico o aviso de otra naturaleza que anuncie la cancelación de esta cita.