lunedì, novembre 09, 2009

Alarma en América por las amenazas de guerra de Hugo Chávez contra Colombia

Alarma en América por las amenazas de guerra de Hugo Chávez contra Colombia

El gobierno de Uribe anuncia que apelará al Consejo de Seguridad y a la OEA
JOAQUIM IBARZ | Corresponsal / México | 09/11/2009 | Actualizada a las 19:27h | Internacional

Por primera vez en diez años, Colombia toma en serio las amenazas bélicas de Hugo Chávez. En todo el continente americano sonó la alarma al escuchar cómo, en un tono amenazante, el presidente venezolano instó a civiles y militares de su país a "prepararse para la guerra" con su vecino.
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La zona fronteriza con Colombia se ha convertido en leña ardiente como pocas veces se ha visto en la historia de Venezuela. Lo grave es que el propio Gobierno de Chávez ha encendido la candela, sin importarle las consecuencias.

El presidente colombiano Álvaro Uribe reaccionó con inquietud al acudir a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas "ante las amenazas de guerra pronunciadas por el gobierno de Venezuela".

"Colombia no ha hecho ni hará un solo gesto de guerra a la comunidad internacional, menos a países hermanos", señaló la presidencia colombiana en un comunicado. "No construiremos un Muro de Berlín que nos separa", dijo Uribe hace tres días al responder a la amenaza de Chávez de cerrar la frontera común. "Nuestras patrias no pueden ser divididas", señaló.

Chávez no se puede mostrar más agresivo. "No perdamos un día en la principal misión: tenemos que prepararnos para la guerra y ayudar al pueblo a prepararse para la guerra, es responsabilidad de todos", dijo. Al subrayar que la mejor manera de evitar un conflicto armado es prepararse para ello, Chávez convocó a toda la sociedad a estar movilizada: "Señor comandante de la guarnición militar, batallones de milicia, vamos a adiestrarnos; estudiantes revolucionarios, trabajadores, mujeres, todos listos para defender esta patria sagrada que se llama Venezuela".

Chávez acusó a Uribe de haber "transferido" Colombia a Estados Unidos, en alusión al reciente acuerdo firmado entre Bogotá y Washington, que permitirá al Pentágono utilizar siete bases militares en suelo colombiano. El líder bolivariano señaló que el tratado convierte a Colombia en un "estado más" de Estados Unidos. "Es un acuerdo violatorio de la Constitución de Colombia y del derecho internacional", agregó. "Hay que hablar con el amo, y por eso le digo al presidente Obama: no se vaya a equivocar y vaya a ordenar usted una agresión abierta contra Venezuela utilizando a Colombia", advirtió Chávez.

En Bogotá se habla de que una discreta mediación de los presidentes Lula da Silva y Rodríguez Zapatero podrían desactivar la bomba de tiempo entre Colombia y Venezuela. La prensa colombiana recuerda que Zapatero ha ofrecido sus buenos oficios para superar la crisis. Jaime Bermúdez, ministro colombiano de Exteriores, pidió a España que verifique y monitoree lo que ocurra en la frontera con Venezuela.

La revista bogotana Semana señala que en Colombia "no se habla de otra cosa que de la posibilidad de una guerra con Venezuela". Hace unos días, Chávez ordenó el movimiento de tropas más importante de su gobierno. Mandó a los estados fronterizos con Colombia -Zulia, Táchira, Amazonas, Bolívar y Apure- 15.000 efectivos de la Guardia Nacional. Pocos días antes, cerró la frontera como reacción al asesinato de dos guardias venezolanos, a manos, según Caracas, de paramilitares colombianos. Estas muertes fueron un eslabón más en una cadena de sucesos que pusieron en evidencia la gravedad de lo que ocurre en la frontera, como la masacre hace dos semanas de 11 jóvenes –de ellos, ocho colombianos- en Táchira (estado fronterizo de Venezuela). A las muertes se han sumado deportaciones masivas, captura de supuestos espías y la dialéctica verbal incendiaria de Chávez.

En Caracas y en Bogotá se cree que las amenazas de Chávez, al menos en parte, están motivadas por la caída de su popularidad y por problemas sociales derivados de los apagones eléctricos y del racionamiento del agua. Tulio Hernández, columnista del diario caraqueño "El Nacional", señala que ante la baja de su imagen, Chávez "necesita unir al país y justificar la militarización de estados fronterizos con gobernadores opositores". Tor de la encuestadora datanálisis, dice que el Gobierno venezolano "prende alarmas ante la caída de popularidad de Chávez. (...) Necesita rescatar su conexión antes de las elecciones y aplica un paquete para lograrlo. El aumento de gasto público forma parte de la estrategia. No es descabellado que un componente complementario sea prender un conflicto verbal fronterizo con Colombia".

El ex ministro colombiano de Exteriores Augusto Ramírez comentó que "el estado del alma del presidente Chávez debe ser muy grave porque se le ha acumulado una enorme cantidad de dificultades en su país. Y como hacen quienes tienen vocación dictatorial, como Chávez, es tocar el clarín de la guerra, para ocultar todos sus desastres. Es muy grave esa declaración".

Por su parte, Camilo Reyes, ex viceministro colombiano de Exteriores, dijo: "Chávez oculta la difícil situación interna con el recurso de esgrimir la guerra con Colombia. Colombia tiene que, con mucha serenidad, tomarlo con cuidado, porque es el anuncio de una situación que se deteriora en lugar de mejorar.

Caracas y Bogotá mantienen sus relaciones congeladas desde fines de julio, debido al acuerdo militar firmado por Colombia y Estados Unidos. Desde entonces, el comercio bilateral entre ambos países, que superó los 7.000 millones de dólares en 2008, se ha desplomado y la tensión ha ido en aumento, en especial en la frontera de más de 2.000 kilómetros que comparten Venezuela y Colombia.

En la zona fronteriza del Táchira, la crisis política tiene serias consecuencias económicas por el desplome del comercio formal e informal, del cual dependen los vecinos. La tensión entre Bogotá y Caracas impacta a más de 250.000 personas que viven de los intercambios del Norte de Santander (Colombia) con el Táchira. Tan sólo en septiembre las exportaciones colombianas al vecino país cayeron a la mitad, en relación a 2008.