mercoledì, ottobre 24, 2007

LA 1ª GUERRA BOLIVARIANA - Oswaldo Yañez - LA NUEVA CUBA

LA 1ª GUERRA BOLIVARIANA

BELLUM NEC TIMENDUM NEC PROVOCANDUM

No debemos temer a la guerra
pero tampoco provocarla.

Por Oswaldo Yañez
Ciudad de La Habana
Analista
La Nueva Cuba
Octubre 24, 2007




Ante los disensos cada día más acusados, en el seno del ejercito cubano, causados por los planes chavistas de la creación de una Confederación Bolivariana de Naciones se está contemplando la viabilidad de un plan para deshacerse de estos elementos de la manera que más les gusta a los castristas, una pequeña, cruenta y sangrienta guerra contra el imperialismo.

Hay muchos militares que consideran que, a pesar de todos los barriles que entran a diario en mi patria y sin los que la revolución castrista no aguantaría ni un solo día, la entrada en la confederación, ansiada por el irredento bolivariano, sería la última y mayor traición a la patria y no están dispuestos a que esto ocurra bajo ninguna circunstancia.

Las estrategias desestabilizadoras a nivel mundial que los castristas apoyan para mantener el barril de petróleo en sus máximas tasas tiene un efecto muy contraproducente en el sector que alimenta mayoritariamente a los militares, el turismo.

La subida del precio del petróleo encarece ostensiblemente los viajes aéreos, la única vía de entrada de turistas y eso hace que el conteo de viajeros minore cada año hasta unas cotas en la que compromete la supervivencia de algunos negocios ligados al turismo.

La creación del observatorio turístico no fue sino una manera de acallar las protestas de algunos mandos por el descenso del número de turistas y por los constantes retrasos en la construcción de nuevos proyectos de la mano de las grandes cadenas del sector. La decisión de restringir el acceso de la inversión extranjera a los grandes grupos que lideran el turismo fue duramente cuestionada pues para los militares poco importa el nombre y el tamaño de la empresa si esta es capaz de financiar los planes conjuntamente con ellos. A esto debemos sumar la deplorable decisión del Uno de restringir el acceso a los grandes cruceros al archipiélago cubano, ahora se quejan amargamente y cuantifican los millardos de pérdidas que produjo un determinado cambio en el accionariado de una compañía y culpan al embargo de estos males, sin mencionar que fue su comandante en jefe el que tomó la decisión de impedir el amarre de los cruceros a sus puertos en uno de sus arrebatos.

Todo este descontento puede y debe canalizarse para evitar que se produzca un cambio repentino en la cúpula del poder, la contrainteligencia lo sabe bien y es por ello que se necesita una solución urgente a estas posibles desviaciones de los apoyos a los revolucionarios que manejan esta trama.

La solución a los problemas internos de los desgobernantes de Cuba, Venezuela y Bolivia pasa por una bonita guerra contra el Imperio, pero dos no guerrean si uno no quiere, por lo que habrá que fabricar al enemigo y las noticias que llegan de Bolivia y las declaraciones del bolivariano en jefe resultan más que inquietantes, para algunos, muy útiles…

Frías avisó a los opositores de Morales bien clarito, ni Cuba, ni Venezuela se quedarán paradas si intentan derrocar o asesinar al líder cocalero.

Mucho me temo que ya habrán testado la relación de algunos opositores bolivianos de manera indirecta con algún estadounidense y si no lo han hecho ya, fabricarán la relación; para la inteligencia cubana esta operación resultará de lo más sencilla pues ya lo han hecho en el pasado, con el único fin de poder proclamar a los cuatro vientos que la guerra es contra las fuerzas financiadas, ayudadas y guiadas por los imperialistas.

Los atentados con cartuchos de dinamita en la ciudad de uno de los más visibles opositores del régimen indigenista podrían haber sido llevados a cabo por infiltrados para calentar el ambiente y justificar una respuesta del ejercito, aunque estos episodios más parecen los preámbulos de la ejecución de un plan de mayor calado en el que no cupiera otra respuesta que la militar, de los ejércitos cubano, venezolano y boliviano, probablemente contra parte de las fuerzas armadas de Bolivia.

Las palabras de Frías hacen que me pregunte hasta donde están dispuestos a llegar los revolucionarios cubanos y bolivarianos, ¿serían capaces incluso de fabricar un magnicidio para poder tomar al asalto Bolivia y poner a un hombre de paja al mando del país?, no lo se, pero al número de esa bolita preferiría no jugar.

Este estado de guerra permitiría a los desgobernantes de Venezuela y Cuba poner en primera línea de fuego a los elementos más díscolos de sus respectivas fuerzas armadas o directamente en los penales si no obedecen las órdenes, no hay nada como mandar a morir a tu oponente, Guevara desde el infierno podría dar buena fe de ello.

Otro efecto beneficioso para el bolivariano irredento sería que esta inestabilidad produciría un ascenso tal en el precio del petróleo y del gas que haría completamente innecesario que los venezolanos siguieran vendiendo a los americanos sus barriles, produciendo una desestabilización casi total de la economía de su mayor enemigo.

El problema en este plan es que se cuenta con la inacción de los EEUU y con la perplejidad del gobierno brasileño, que estará dispuesto a negociar una pacificación rápida de la zona ante la coyuntura de verse envuelto en una larga guerra que significaría la casi total paralización del país por la falta del necesario gas para sus industrias y ciudadanos.

Pero acaso esto sea mucho suponer pues creo que los gobiernos de ambos países tomarían las decisiones más oportunas, si consiguieran demostrar la falacia con la que se pretende justificar la intervención armada cubano-venezolana, podrían solicitar al resto de la comunidad internacional el necesario apoyo para subvertir la situación, en cuyo caso el futuro de los revolucionarios tendría los días contados.

Yo creo que es indispensable que se hurte desde su concepción cualquier tipo de justificación que se pudiera aludir para intervenir en Bolivia o Cuba de los venezolanos al mando de su irredento en jefe.

No se si los militares cubanos que odian a los chavistas y que no están dispuestos a traicionar a su patria por los petrodólares serán capaces de poner las cartas sobre la mesa para impedir este completo dislate. La decisión es problemática pues una vez que declaren sus intenciones solo caben tres salidas, ora se aceptan sus pretensiones y triunfan sus argumentos, ora serán tronados y-o encarcelados; la tercera es la que han mantenido hasta ahora, seguir odiando en silencio a los chavistas y a los que les apoyan y procurar mantener su cuello por encima del agua, lo malo es que esta última coyuntura no puede durar mucho más tiempo, los planes del chavista y el deceso del Uno forzarán a todos a posicionarse con claridad y ahí empezará el baile en la jaula de los monos.

En esta tesitura si los militares recuerdan su amor por la patria y por su pueblo, a los que juraron defender hasta con la última gota de su sangre, no cabe más que una decisión, apostar por la democracia y por la libertad para que todo el pueblo cubano pueda gozar, por fin, de libertad y prosperidad en su propia patria.

Por todo lo anterior cabe concluir que la consecución, con el mayor plazo de brevedad posible, de la libertad y democracia para el pueblo cubano, no es un interés exclusivo de mis compatriotas, sino que toda la comunidad internacional y todos los ciudadanos de estos países se beneficiarían de la necesaria estabilidad en toda Iberoamérica para que pudieran centrarse los gobiernos de los respectivos países en mejorar el estado de bienestar de sus pueblos, en definitiva, la democracia, libertad, paz y prosperidad que ansía Cuba tendría un inmediato reflejo en toda la región, por lo que, señores, pongámonos a ello con todo nuestro ahinco.

Mientras transcurren estos acontecimientos, los presos languidecen en los penales y sobreviven a duras penas, las detenciones, citaciones y retenciones de los disidentes se suceden cada día, los amigos extranjeros de los didientes son deportados sin compasión y los cubanos nos desesperamos cada día más intentando sobrevivir a la moribunda tiranía, no nos queda más que seguir gritando Libertad, esperando que el eco derrumbe los muros de nuestra isla carcel.

Barbarus hic ego sum quia non intelligor ulli.

Aquí el bárbaro soy yo, porque nadie me entiende.

Publio Nasón Ovidio.

Oswaldo Yañez.

Ciudad de La Habana.

A veintitres de octubre del año de la inminente Libertad para todos los Cubanos.

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* Oswaldo Yañez, analista, Ciudad de La Habana.

LA NUEVA CUBA