giovedì, luglio 29, 2010

El comunismo satánico y la cultura del odio

El comunismo satánico y la cultura del odio: "¿Qué tiene de satánico el comunismo de El Tirano? Primero su enfrentamiento con las iglesias cristianas, como también con la judía"

¿Hay otro motivo para considerar satánico el comunismo de El Tirano? Sí, la cultura del odio. El Tirano vive del odio. Es el sumo sacerdote del odio. El mismo siente aversión contra todo el que ha surgido. Contra todo el que ha mejorado de situación. Contra todo el que ha estudiado y ha hecho fortuna. A su gente sólo le enseña odio. Sus seguidores destilan odio. Sienten un odio inducido por El Tirano. Su lenguaje es de odio. No reconoce adversarios. Todos somos sus enemigos y la orden que da es barrernos. Para incitar a sus secuaces nos estigmatiza. No nos trata como seres humanos dignos de respeto. Somos “escuálidos”, que significa: sucio y asqueroso. Juntos formamos la “oligarquía”, a pesar de que no tenemos poder ni ejercemos gobierno. Contra nosotros organiza escuadrones, batallones y patrullas, que deben aniquilarnos. Constituyen las sectas satánicas de El Tirano que persiguen, como las de Boves, a todos los que usamos paltó y corbata y a todos los que sabemos leer y escribir.

El Tirano goza amargándonos la vida. Algo verdaderamente satánico. Nos somete a diario a la tortura mediática. Es el modo de demostrarnos a diario su odio. Disfruta molestándonos. Al levantarse se hace esta pregunta: ¿a quién voy a joder hoy? Escogida la víctima encadena radio y televisión para enviar su mensaje de odio. Todos los días habla. A toda hora habla. A cada momento habla. En verdad no habla, muerde. Muerde a todo el que le pase por el frente. Es un azote. Un azote insoportable que ha llevado a la gente al agotamiento psíquico. El país está estresado. Nada más satánico que este chinchín diario, que no parece tener fin. No tiene garganta, sino una vuvuzela puesta en la oreja de un pueblo que ya no aguanta más. El Tirano sopla y sopla la vuvuzela simplemente para disfrutar del tormento que nos produce. Igualito a Satanás como lo pintan en los libros sagrados.