Carta abierta a Fernando Rojas
Fernando Rojas:
Me dirijo a usted con la intención de aconsejar. Digamos que con mis 26 años he decidido hoy servirle por unos instantes de madre o de conciencia, como se quiera interpretar. Así es que le escribo a Fernando Rojas el hombre y no el Viceministro de Cultura, aquel al que quizás más de una vez -durante la infancia- su madre le dijo: “Fernandito, a las niñas no se les da.”
Dicen –y usted sabe lo que pesa en la Habana esa tercera persona del plural- que durante la tristemente célebre reunión que tuvo usted con los artistas del grupo performático OmniZonaFranca, una de las justificaciones sostenidas para desterrar el Festival Poesía Sin Fin de las instituciones cubanas era que los muchachos se reunían con la blogger Yoani Sánchez. Las resoluciones y leyes que su ministerio se ha adjudicado para limitar la entrada de ciudadanos a sus establecimientos y actividades me son desconocidas, pero no es de leyes de lo que quiero hablar, porque en las aguas de la ley, Rojas, hace mucho tiempo que su ministerio no se baña.
Lo que me preocupa es su amenaza “Si Yoani Sánchez viene, yo mismo le doy con un palo”. Graves palabras, Fernando, para un hombre. Pero aun más graves para un Viceministro que –según comentarios de pasillos culturosos- aspira a quitar el prefijo vice de su cargo. Sin embargo esto no es un regaño, es más bien un llamado a la cordura, a la civilidad, a la inteligencia. Le recuerdo que para esos menesteres el gobierno cuenta con los paramilitares, las brigadas de respuesta rápida y en última instancia la CIM (Contrainteligencia Militar); no me parece aconsejable que un funcionario se tome esas tareas por su cuenta, y menos que las anuncie con antelación, pueden llegar a oídos inadecuados y filtrarse por Internet.
Diría que un ambiente de terror sobre su persona no conviene, a fin de cuentas todos saben que Yoani Sánchez es una escritora y usted el Viceministro de Cultura, la imagen del palazo resulta lamentable y desacertada.
Por otra parte puedo estarme yo equivocando y su vice no sea más que una coartada, entonces pertenecería usted a una de las organizaciones antes mencionadas que se ocupan de golpear civiles. En ese caso probablemente su pecado sea la indiscreción, porque después de amenazar públicamente con atentar contra la integridad física de una ciudadana, costará creer, Fernando, que usted no es más que un funcionario del Ministerio de Cultura.
Atentamente,
Claudia Cadelo De Nevi
Me dirijo a usted con la intención de aconsejar. Digamos que con mis 26 años he decidido hoy servirle por unos instantes de madre o de conciencia, como se quiera interpretar. Así es que le escribo a Fernando Rojas el hombre y no el Viceministro de Cultura, aquel al que quizás más de una vez -durante la infancia- su madre le dijo: “Fernandito, a las niñas no se les da.”
Dicen –y usted sabe lo que pesa en la Habana esa tercera persona del plural- que durante la tristemente célebre reunión que tuvo usted con los artistas del grupo performático OmniZonaFranca, una de las justificaciones sostenidas para desterrar el Festival Poesía Sin Fin de las instituciones cubanas era que los muchachos se reunían con la blogger Yoani Sánchez. Las resoluciones y leyes que su ministerio se ha adjudicado para limitar la entrada de ciudadanos a sus establecimientos y actividades me son desconocidas, pero no es de leyes de lo que quiero hablar, porque en las aguas de la ley, Rojas, hace mucho tiempo que su ministerio no se baña.
Lo que me preocupa es su amenaza “Si Yoani Sánchez viene, yo mismo le doy con un palo”. Graves palabras, Fernando, para un hombre. Pero aun más graves para un Viceministro que –según comentarios de pasillos culturosos- aspira a quitar el prefijo vice de su cargo. Sin embargo esto no es un regaño, es más bien un llamado a la cordura, a la civilidad, a la inteligencia. Le recuerdo que para esos menesteres el gobierno cuenta con los paramilitares, las brigadas de respuesta rápida y en última instancia la CIM (Contrainteligencia Militar); no me parece aconsejable que un funcionario se tome esas tareas por su cuenta, y menos que las anuncie con antelación, pueden llegar a oídos inadecuados y filtrarse por Internet.
Diría que un ambiente de terror sobre su persona no conviene, a fin de cuentas todos saben que Yoani Sánchez es una escritora y usted el Viceministro de Cultura, la imagen del palazo resulta lamentable y desacertada.
Por otra parte puedo estarme yo equivocando y su vice no sea más que una coartada, entonces pertenecería usted a una de las organizaciones antes mencionadas que se ocupan de golpear civiles. En ese caso probablemente su pecado sea la indiscreción, porque después de amenazar públicamente con atentar contra la integridad física de una ciudadana, costará creer, Fernando, que usted no es más que un funcionario del Ministerio de Cultura.
Atentamente,
Claudia Cadelo De Nevi