Un'altra bordata demolidora de Yoani, non tanto per l'osadia di colarse en territorio enemigo, quanto il riuscire a inserirsi con una domanda traversa e provocare NIENTE ALTRO CHE ATACCHI UFFICIALI, talmente vuoti e anacronistici da SQUILLARE alle orecchie dei cibernauti di tutto il mondo che letterarmente SE HORRORIZAN quando si pone in dubbio il diritto a FACEBOOK.
Io se fossi in uno qualunque dei due castro comincerei a preoccuparmi, e mi chiedo se non sappiano cosa fare o passino le giornate OFF-LINE (pescando uno e offrendo te a dignitari esteri)
Ossia, il fatto che la controparte di Yoani sia una SPROVVVEDUTISSIMA PROFESORA, che in quel momento finisce su tutte le prime pagine dei giornali e su internet in tutto il mondo, e' ASSOLUTAMENTE INCONCEPIBILE per fidel, e anche per raul, immagino.
Ma enormemente piu' rischioso grande sarebbe affrontare FRONTALMENTE Yoani, rispondendole direttamente, primo perche' LORO NON SANNO DI CHE DIABLO SE ESTA HABLANDO e secondo perche' sarebbe semplicemente RICONOSCERE CHE ESISTE.
Si potrebbe mandargli sotto qualcuno del suo campo, tipo un ramirito, con parole dettate dal coma-andante en jefe, ma le reazioni dialettiche immediate di yoani potrebbero mettere in crisi chiunque, e la inadeguatezza diventerebbe una catastrofe.
Non resterebbe che la vecchia strada castrista della diffamazione, smerdamento, hostigamento, ma attenzione, come scrivevo ieri, oggi Yoani e compagnia sono in grado di TWETTARE praticamente in tempo reale, il che e' come e' come se corresse alla finestra e sotto tutto il mondo ad ascoltare.
Normalmente, la prassi castrista prevederebbe adesso un aumento nel tono dell'hostigamento, con veri e propri "actos de repudio", comite' de barrio, etc, come mandando avanti il popolo a protestare, senza chiamare in ballo la policia politica.
E' probabile, ma alla fine, ci scommetterei, butteranno il cappello per terra e la faranno arrestare.
Ma silenziare Yoani e i suoi non e' facile, e se loro parlano, il mondo ascolta.
A puertas cerradas
Click here to view the embedded video.No sé por dónde comenzar a contar lo ocurrido en el debate de ayer, sobre Internet, organizado por la revista Temas. Sin dudas, la peluca rubia que me encasqueté me permitió colarme por la controlada entrada del centro cultural Fresa y Chocolate. Eso y los zapatos altos, los labios pintados, las argollas brillantes y un bolso enorme de color hiriente, hicieron que me trasmutará en un ser bastante diferente. Algunos amigos llegaron a decirme que me veía mejor así, con la falda apretada y corta, el contoneo sensual y las gafas de armadura cuadrada. Lo siento por ellos, el personaje que interpreté duró poco tiempo y hoy he vuelto a mi despeinada y aburrida apariencia.
A Claudia, Reinaldo, Eugenio, Ciro y otros bloggers no les permitieron la entrada. “La institución se reserva el derecho de admisión” y mis colegas del ciberespacio mostraron la impertinencia de quienes ya han sido excluidos de otros lugares, pero no quieren retirarse abochornados y en silencio. Adentro, yo lograba atrapar una silla a un costado del panel de los expositores. Algunos ojos diestros en mi enclenque fisonomía ya me habían detectado y una cámara me filmaba con la insistencia de quien prepara un expediente.
Un joven escritor pidió la palabra y lamentó que tantos hubieran sido impedidos de entrar; después vino alguien y mencionó términos como “enemigo”, “peligro”, “defendernos”. Cuando finalmente fui llamada, aproveché para preguntar qué relación había entre las limitaciones con el ancho de banda y las tantas webs censuradas para el público cubano. Aplausos cuando concluí. Juro que no cabildeé ninguno de ellos. Después llegó una profesora universitaria que cuestionó el por qué yo había recibido el premio Ortega y Gasset de periodismo. Todavía no he logrado encontrar la relación entre mi pregunta y su análisis, pero los caminos de la difamación son así de torcidos. Al terminar, varios se me acercaron para abrazarme, una mujer apenas con el roce de una mano me dijo “felicidades”. El fresco de una noche de octubre me esperaba afuera.
Si a todos los que no dejaron acceder hubieran logrado participar, aquello habría sido realmente un espacio de polémica sobre la red. Lo que ocurrió me pareció mustio y maniatado. Sólo uno de los conferencistas mencionó conceptos como Web 2.0, redes sociales y Wikipedia. El resto era la vacuna anticipada contra la perversa web, las repetidas justificaciones de por qué los cubanos no podemos acceder masivamente a ella. Tomé mi móvil y twitteé con premura “creo que lo mejor es organizar otro debate sobre Internet, sin los lastres de la censura y la exclusión”. Hoy en la mañana, con las ojeras de haber dormido apenas tres horas, estaba entregando manuales técnicos en la segunda sesión de nuestra Academia Blogger.
Algunas de las imágenes de este video me las hicieron llegar manos amigas y solidarias que estaban en el interior de la sala.