venerdì, settembre 24, 2010

Il castrismo si succhia le ossa rotte di Cuba, e adesso vuole i soldi degli espatriati

Si dice un colpo di carambola: sembra che vada alla boccia e invece mira al boccino.
L'annuncio dei 500,000 licenziamenti ha una doppia lettura: da una parte si puo' leggere come il calare le brache da parte del governo, dall'altra come l'estremo guizzo per mantenere lo statu quo.

infatti, accanto ai licenziamenti, compare fnalmente un elenco di "lavori permessi", che pur facendo pensare al medioevo (nel 2010 un popolo di calzolai, carpentieri, venditori di accendini?), e' pur sempre appetibile per tanta gente, che puo' cominciare a pensare di aprire una attivita' propria.

Con quali soldi?
_Il governo balbetta di microcrediti, ma i cubani gia' stanno tempestando i veri protagonisti in pectore della rinascita dell'impresa privata: i parenti espatriati.

E dunque la mossa e' questa: far tirar fuori i soldi ai parenti, visto che il governo non li ha.

Solo che i parenti, pur essendo i veri sostenitori dell'economia familiare di un gran numero di cubani, non e' detto che siano disposti a finanziare senza ottenere niente in cambio.
Cosa vogliono?
Semplice.
Liberta' di ingresso.

LA HABANA (Reuters) - Rolando tiene grandes planes para el pequeño gimnasio informal que administra en un garaje de La Habana: primero quiere obtener una licencia, después comprar nuevos aparatos y -¿porqué no?- hasta construir un sauna.
Pero para convertirse en uno de los 250.000 futuros empresarios privados que Cuba dijo que autorizará necesitará un capital inicial, y en una nación socialista sin servicios financieros eso significa recurrir a sus parientes en Estados Unidos, donde viven cerca de 1,5 millones de cubanos.
“Mi primo vino hace poco de Miami y tiró fotos del gimnasio. Me dijo que contara con él para lo que hiciera falta. Voy a llamarlo para decirle que si todo sale bien llegó la hora de ampliar el negocio”, dijo.
La decisión del presidente Raúl Castro de casi triplicar el sector privado aceleraría el ritmo de remesas que llega del extranjero, un flujo de capital de por lo menos 1.200 millones de dólares en el 2009, más de la mitad proveniente de Estados Unidos.
Rolando dice que 1.000 dólares bastarían para lavarle la cara al gimnasio montado en la penumbra del garaje de su edificio, donde por entre 5 y 15 dólares al mes hace sudar a los vecinos en ingeniosas máquinas caseras como una cinta fabricada con tubos de metal.
“La liberalización de la economía podría llevar a un 10 por ciento de las personas que reciben remesas a invertir en pequeñas empresas”, dijo Manuel Orozco, un experto en remesas del Inter-American Dialogue en Washington.
Orozco calcula que entre 75.000 y 100.000 cubanos que reciben dinero de Estados Unidos podrían invertir un promedio de 2.500 dólares en pequeños negocios desde cafés hasta talleres mecánicos y gimnasios como el de Rolando.
“La clave de estas reformas está en los incentivos, procedimientos y restricciones que se establezcan para desarrollar una pequeña empresa”, indicó.