ANDRES OPPENHEIMER: El juego político de Chávez
Después de más de diez años de observar al presidente venezolano Hugo Chávez, es notable hasta qué punto su comportamiento se ha vuelto previsible: siempre da un paso atrás después de sufrir un revés político, y dos pasos hacia adelante en el preciso instante en que el mundo empieza a mirar hacia otro lado.
No hay muchas dudas sobre la dirección en que está marchando ahora. Tras perder el referéndum del 2 de diciembre, que le hubiera permitido permanecer indefinidamente en el poder, Chávez se pasó seis meses jugando al Buen Tipo, sólo para empezar a violar, en las últimas semanas, las reglas democráticas más básicas para garantizarse la victoria en las cruciales elecciones del 23 de noviembre en las que se deciden los cargos de gobernadores y alcaldes.
Me quedé pensando en la rutina política de Chávez de dar un paso atrás y dos hacia adelante hace días mientras entrevistaba a Leopoldo López, uno de los mas prominentes políticos proscriptos en Venezuela, que fue oficialmente despojado esta semana de su derecho a presentarse como candidato a la intendencia de Caracas.
López, de 37 años, intendente del municipio caraqueño de Chacao, estaba bien arriba en las encuestas. El lunes, el Tribunal Supremo de Justicia, dominado por Chávez, decretó que procedía la ''ley de inhabilitación'' contra López y otros 270 candidatos, de los cuales el 90 por ciento es de la oposición.
Los políticos inhabilitados y la mayoría de los expertos legales independientes coinciden en que la decisión del gobierno es inconstitucional, porque según lo establece la propia constitución chapista de 1999, sólo los candidatos con una condena en firme de un tribunal pueden ser proscriptos de una candidatura a un cargo público. En el caso de López y de muchos otros opositores, fueron acusados por la Controlaría General y otras dependencias estatales, pero nunca fueron juzgados ni condenados por una corte de justicia.
En otra movida violatoria de todas las reglas del juego limpio, el 31 de julio --el último día que gozaba de los ''poderes especiales'' que le había otorgado la Asamblea Nacional de abrumadora mayoría chavista-- Chávez firmó 26 decretos destinados a poner en vigencia varias de las medidas ''revolucionarias'' rechazadas por el pueblo venezolano en el referéndum del 2 de diciembre pasado.
López me confirmó que Chávez, después de mantener un perfil relativamente bajo tras una serie de reveses políticos --incluyendo el referéndum, la demanda publica del rey de España cuando le pregunto ''¿Por qué no te callas?'' en una cumbre de presidentes y el descubrimiento de los archivos de computadora de las FARC que demuestran el activo apoyo de Chávez a la guerrilla colombiana--, está ahora en plena ofensiva.
''Después de la derrota del 2 de diciembre, va a hacer cualquier cosa para evitar una segunda derrota'', dijo López. ``Nunca en la historia de la República de Venezuela había pasado esto, ni siquiera en 1998, cuando un grupo de oposición trató de inhabilitarlo. La Corte Suprema de entonces dijo que, a pesar de que había cometido un golpe de Estado, violado la Constitución, y que el golpe había resultado en más de 100 muertos, podía ser candidato porque no había una sentencia firme de un tribunal en su contra''.
López dijo que la nueva estrategia de Chávez de escoger a sus opositores políticos mediante la inhabilitación de sus adversarios más populares sigue la misma línea de los que están haciendo en sus propios países algunos aliados claves del presidente venezolano: los presidentes de Irán, Bielorrusia y Zimbabwe. No es casual que todos ellos hayan recibido altas condecoraciones de Chávez, agregó.
''Yo tenía más de un 60 porciento de aprobación en Caracas'', dijo López. ``Le estaba ganando tanto al presidente Chávez como a sus candidatos en los barrios más pobres de la ciudad''.
Ante la pregunta de qué hará de ahora en adelante, López respondió que respaldará los esfuerzos destinados a construir un bloque unificado opositor que presentará candidatos para las elecciones de noviembre, y que hará campaña por el candidato que el bloque decida nominar para la intendencia de Caracas.
''Creo que podemos ganar'', dijo López. ``El gobierno está reconociendo que ya no tiene capacidad para ganar elecciones, sino que tiene que sacar a sus mejores contendores para poder ganarlas''.
Mi opinión: En momentos como este, en los que Chávez saca a relucir su perfil más autoritario, no puedo evitar recordar el manifiesto político que Chávez escribió en la prisión de Yare tras su intento golpista de 1992. En su manifiesto ¿Y cómo salir de este laberinto?, Chávez escribió que una vez en el poder, su gobierno ''cívico-militar'' tendría que estar veinte años en el poder para producir una ''revolución'' en Venezuela.
En la mente del presidente narcisista-leninista de Venezuela, todavía estamos en ese período de incubación, y de eso se trata su juego político de dar un paso atrás y dos hacia adelante.