DEFESA@NET 29 Setembro 2008 | |
Venezuela
El Informe de Edgar C. Otálvora
Por EDGAR C. OTÁLVORA
*** Se pospone la creación del Consejo Suramericano de Defensa. Venezuela y Colombia mantienen diferencias sobre su diseño y funciones. *** Rusia acepta la oferta de Chávez y utilizará a Venezuela como plataforma para retar a EEUU. China no los acompaña.
La constitución de Consejo Suramericano de Defensa quedó pospuesta hasta fecha aún no definida. Brasil ha estado apurando la suscripción del documento fundacional del Consejo, las circunstancias no parecieran facilitar su deseo de que eso ocurriera en octubre.
El documento fundacional del Consejo Suramericano de Defensa fue negociado en varias reuniones celebradas en Santiago de Chile por los representantes militares y diplomáticos de los doce fundadores de Unasur. El Consejo será una instancia de diálogo y consulta para temas de seguridad regional, pero no una alianza militar como la sugerida por Hugo Chávez. Sin embargo, existe una gruesa divergencia entre Colombia y Venezuela sobre algunas precisiones operativas y conceptuales en cuanto al Consejo Suramericano de Defensa, lo cual impide la pronta firma del documento. Los restantes países han optado por esperar que Chávez y Álvaro Uribe lleguen a un acuerdo sobre esta situación.
En tanto, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, actuando como presidenta temporal del Unasur, anunció la suspensión de la cumbre presidencial prevista para octubre y sugirió que quizás se cumpla en el mes de diciembre en Salvador, Brasil.
Moscú decidió volcarse sobre Latinoamérica y para ello busca apalancarse en las puertas abiertas que le ofrece Chávez. Las vacilaciones que Rusia mostraba en sus declaraciones públicas en el último año, quedaron a un lado con el viaje de Chávez a Rusia esta semana. La prensa internacional ha dado cuenta de un comunicado mediante el cual el Kremlin asegura que su alianza con Venezuela busca "un contrapeso sólido a la influencia estadounidense". Petróleo, gas y situación geográfica son parte de los activos que Chávez ha puesto sobre la mesa en procura del manto protector de Rusia.
En su segundo viaje en menos de tres meses a Moscú, Chávez logró una declaración rusa expresa sobre el sentido antiestadounidense de las crecientes relaciones entre ambos gobiernos. Se espera que a finales de octubre o comienzos de noviembre, se produzca en Caracas un nuevo encuentro de los dos gobiernos. Sería la primera visita de Dmitri Medvédev, como presidente ruso, a tierras latinoamericanas. La visita coincidiría con la presencia de una flota de la armada rusa en aguas del Caribe donde realizará maniobras con militares venezolanos.
Un esquema divulgado en Moscú para incrementar la presencia rusa en el hemisferio occidental, presenta a la Nicaragua de Daniel Ortega jugaría un papel operativo de importancia. Analistas rusos consideran que Nicaragua podría aprobar un corredor aéreo para uso de las naves de guerra rusas, lo cual le permitiría a los bombarderos estratégicos de ese país conectar rutas sobre el Caribe y el Pacífico. Parte de las recientes maniobras ejecutadas por los bombarderos estratégicos rusos Tu-160, que operaron desde una base militar venezolana, fue precisamente vuelos sobre el Caribe occidental.
Rusia ya ha habría ofrecido a Nicaragua importantes inversiones, incluyendo la construcción de un canal interoceánico. A corto plazo, Moscú se ha comprometido a dar mantenimiento o reemplazar el arsenal de origen soviético con el cual cuenta el ejército nicaragüense. Quizás para no ganarse enemistades en Colombia y Costa Rica, los rusos han aclarado que no pretenden incrementar la capacidad bélica de Daniel Ortega y que su apoyo militar a Nicaragua no es un plan de rearme.
Los militares colombianos no están muy conformes con la explicación rusa, ya que Nicaragua ha venido aumentando sus apuestas en la disputa territorial en las fronteras marítimas con Colombia.
Más que una justificación ante EEUU, las aclaratorias de China sobre el carácter de sus relaciones con Venezuela, fue interpretado por varios analistas consultados, como un mensaje a Moscú. El gobierno chino no acompañó a Rusia en su decisión de invadir recientemente a la pequeña Georgia. Igualmente, China no pareciera interesada en embarcarse en un careo militar contra EEUU en el hemisferio occidental, de la mano de Putin y Chávez.
En dos ocasiones, con sólo cuarenta y ocho horas de diferencia, el gobierno chino emitió pronunciamientos oficiales delimitando sus relaciones con Chávez e incluso desmintiéndolo. El venezolano prefirió obviar este hecho y no los comentó.
El martes, cuando Chávez llegaba a Pekín, la Cancillería china se apresuró a telegrafiar un mensaje: “Nuestras relaciones no tienen la ideología como base y no buscan afectar a un tercer país”. Las relaciones entre China y Venezuela, según los chinos son las “normales” entre dos Estados: es decir, Pekín no reconoce ninguna “relación especial” con Caracas.
Luego el jueves, en rueda de prensa, el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Liu Jianchao, puso en duda las afirmaciones de Chávez sobre acuerdos en materia de compra de armas. El chino aseguró que durante la visita de Chávez no se había hablado de “cooperación militar”. A la misma hora, Chávez anunciaba a la prensa que había negociado la compra de dos docenas de jet K-8.
La inauguración en Caracas de un busto de Manuel Marulanda, ha dejado en evidencia el papel que está cumpliendo la Coordinadora Continental Bolivariana. Tras varios experimentos promovidos desde La Habana y Caracas para crear un esquema operativo que nucleara a las organizaciones de izquierda radical del continente, pareciera que la iniciativa de la CCB ha logrado ese propósito.
La asistencia a su Segundo Congreso, en Quito en febrero pasado, de delegados de diversos países, la presentación del video con palabras de Raúl Reyes, el para entonces vocero de las Farc y, las revelaciones que se han hecho públicas desde entonces, parecieran comprobar que la CCB será el instrumento de conexión político e ideológico de la diplomacia no formal del Eje La Habana - Caracas con cada uno de sus aliados locales en los países del continente. Los tiempos del Foro de Sao Paulo y del Foro Social Mundial ya pasaron como espacios de confluencia de la izquierda continental.
La decisión del gobierno ecuatoriano de confiscar las propiedades de la empresa brasileña Odebrecht y de negarse a pagar deuda contraía con el estatal Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social, ha desatado fuertes críticas contra el presidente Lula da Silva en su país. En medios políticos de Brasilia, donde la empresa constructora tiene alta resonancia, esta semana se escuchaban quejas sobre la debilidad con la cual Lula responde ante las agresiones contra intereses brasileños en Bolivia, Paraguay y Ecuador.