Leandro Uría publica por su parte, un implecable análisis en La Nación bajo el título “Lazos que parecen más evidentes“:
El pedido del presidente venezolano, Hugo Chávez, a los gobiernos del continente y de Europa de que reconozcan a las FARC como una fuerza beligerante reforzó la impresión, según analistas, sobre la existencia de lazos profundos entre el régimen chavista y el grupo terrorista colombiano.
Hasta ahora, varios analistas afirmaban que parte de la droga producida en el área de influencia de las FARC salía a Europa a través de Venezuela y que llegaba también a través de este país parte del armamento el grupo guerrillero colombiano. Asimismo, se sabía que Chávez dialogaba con la guerrilla, pero el propio mandatario decía haber circunscripto ese diálogo a gestiones de índole humanitaria.
Pero con la declaración de ayer “el presidente Chávez se ha desenmascarado y se ha convertido en gestor internacional de los intereses de las FARC”, dijo a LA NACION desde Bogotá el politicólogo colombiano Vicente Torrijos, profesor de la Universidad del Rosario.
Con sus polémicos dichos, Chávez pareció también haber cerrado las puertas a impulsar, con el respaldo de Bogotá, nuevas liberaciones de rehenes de las FARC. De hecho, ahora nadie se imagina cómo hará Chávez para lograr el apoyo de Bogotá en una eventual misión de rescate, cuando él respaldó públicamente al principal enemigo del Estado y del gobierno colombianos.
“Las muestras de afecto y solidaridad con Colombia fueron borradas de un plumazo -afirmó Torrijos-. Chávez tenía dos opciones ante Colombia: buscar una acción humanitaria sensata y madura, u operaciones clandestinas. Parece que escogió la segunda vía.”
Lo paradójico del caso es que Chávez, que venía muy golpeado en Venezuela por el rechazo a su proyecto de reelección ilmitada, tomó esta decisión después del trabajoso éxito político que obtuvo con la liberación, lograda anteayer con apoyo colombiano, de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo.
Este rescate se produjo en una misión mucho menos estridente que la fallida Operación Emmanuel, para la que Chávez había montado un enorme operativo mediático que contó con la participación del ex presidente argentino Néstor Kirchner.
¿Y cómo se explica que Chávez vuelva a las estridencias después de lograr un avance por el camino opuesto? Ocurre que Chávez “viene hace meses recibiendo derrotas internacionales y domésticas. Entonces está desarrollando rápidamente un plan geopolítico para recuperar poder, pero que puede crear una crisis latinoamericana“, dijo a LA NACION el analista político venezolano Gustavo Coronel, desde Washington.
Amenaza
Las declaraciones del presidente venezolano causaron sorpresa en Bogotá, donde muchos interpretaron como “amenaza” que Chávez dijera que sólo normalizará las relaciones con Colombia si este país reconsidera el estatus de terrorista con el que actualmente define a las FARC. Sin embargo, Coronel dijo que ya había un indicio claro de que el mandatario venezolano tomaría, otra vez, el camino más polémico.
Se trata de las afirmaciones a los guerrilleros que realizó anteayer, durante la liberación de las dos rehenes, el coordinador venezolano del operativo, Ramón Rodríguez Chacín. “En nombre del presidente Chávez, estamos muy pendientes de su lucha. Mantengan ese espíritu […] y cuenten con nosotros“, les dijo Rodríguez Chacín a los guerrilleros, según mostró la propia televisión estatal venezolana.
Con esos dichos, “el ministro del Interior ha puesto a Venezuela del lado de las FARC, a pesar de que el país es miembro de la OEA, cuyos Estados se obligan a adherirse a la carta democrática interamericana”, dijo Coronel.
Rodríguez Chacín, que en 2000 se entrevistó con líderes guerrilleros en Colombia, según contó Coronel, acaba de ser restablecido en el cargo de ministro del Interior, que ya había ocupado en 2002. “Ese es un anuncio bastante arrogante de Chávez de que su política exterior incluye un acercamiento con las FARC“, dijo.
Ese acercamiento incluiría una intervención explícita de Chávez en las elecciones presidenciales colombianas de 2010, donde se presentaría una coalición opositora a Uribe con elementos cercanos al grupo guerrillero.
Tal como sucedió en México y en Perú, donde apoyó sin éxito a los candidatos Andres Manuel López Obrador y Ollanta Humala, respectivamente, Chávez también enfrentaría allí un difícil escollo: Uribe cuenta con un 80% de popularidad, justamente porque logró hacer retroceder a la guerrilla, considerada por los colombianos la responsable de la violencia que parecía enquistada en el país antes de que asumiera el actual presidente.
Lazos que parecen más evidentes
Por Leandro Uría - La Nación (Argentina)
Ernesto Borda, en “El Tiempo” de Bogotá, afirma que lo sucedido ayer con el reclamo de Chávez deja claro que “tal liberación no es ni incondicional ni humanitaria. Es un hito en el contubernio de dos conspiradores contra la democracia colombiana“.
Borda, que titula su columna como “El ‘mediador’ conspirador” lo resume de esta forma:
Bajo el ropaje de la liberación de los secuestrados se edifica una conspiración de graves dimensiones. Chávez y sus aliados, antes subrepticiamente, apoyan ahora en forma expresa la guerra de las Farc contra el pueblo colombiano. Pasó de “neutral” en el conflicto colombiano -forma tácita de reconocer beligerancia a los insurgentes- a pretendido arquitecto del intercambio humanitario. No le importan los rehenes; le interesa legitimar su interlocución con las Farc, apoyar su acción armada, minar las instituciones de Colombia y expandir por cualquier medio su proyecto bolivariano. En palabras de las Farc, la “República Bolivariana del Sur”. Por eso, el coronel “mediador” invitó a ‘Marulanda’ a dialogar sobre geopolítica, sobre el poder sobre el territorio.
Puedes leer su columna completa pulsando aquí.
En el mismo sentido que Borda se manifestó ayer el ViceAlmirante Iván Carratú Molina en unas declaraciones dadas a La W colombiana
Por su parte el Gobierno argentino se desmarcó ayer del pedido de Hugo Chávez, según reseña el mismo diario:
El gobierno argentino se despegó ayer del pedido del presidente Hugo Chávez en favor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Según dijeron a LA NACION fuentes de la Cancillería, la Argentina mantendrá su participación de “carácter humanitario” para favorecer en Colombia la liberación de rehenes, pero “no hará consideraciones que puedan interpretarse como una intromisión en su política interna”.
Las fuentes indicaron que el país “adhiere a lo que sostuvo casi todo el continente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. Allí Estados Unidos y Colombia son los únicos países que consideran a las FARC un grupo terrorista. Para el resto, es una fuerza insurgente.
“No existen razones para que la Argentina cambie su política histórica“, dijeron en la Cancillería.
Para el diario español, “El País”, en su editorial de este sábado, “la liberación de Clara Rojas y Consuelo González tras casi seis años de cautiverio en manos de las FARC es una buena noticia que no puede empañar el hecho de que Chávez instrumentalice políticamente su mediación, convirtiéndola en una baza para su proyecto de liderazgo en América Latina”.
Para el diario, el fiasco de la entrega de Emmanuel permitió conocer “el comportamiento inhumano de las FARC, que no sólo separaron a una madre de su recién nacido, sino que, además, se desentendieron por completo de su suerte”.
“No existe ninguna causa capaz de justificar la atrocidad de mantener a varios centenares de personas en un cautiverio atroz, sin otro motivo que el interés de un grupo armado por mantener a la población de un país bajo el chantaje y el terror”, añade “El País”.
En el diario español “El Mundo”, Jaime López destaca que “la entrada en escena de Chávez coincide con uno de sus peores momentos militares de esta guerrilla de origen comunista, con cerca de 17.000 efectivos. El ELN, por su parte, es un grupo insurgente de origen guevarista que ya ha intentado distintas negociaciones de paz con Bogotá, bajo el auspicio de Cuba. El Gobierno venezolano espera que en los próximos meses se produzcan más liberaciones de civiles y políticos secuestrados en manos de las FARC, que podrían dar pie a la reapertura de una mesa de negociaciones. O, la creación de una oficina de representación de las FARC en Caracas, una opción que eriza los pelos en Bogotá pero que podría tener el respaldo de numerosos países de la región cercanos a Chávez”.
Recordamos a nuestros lectores que Edgar C. Otálvora informó, en primicia, el pasado 6 de enero de los planes de Chávez para que las FARC abrieran una oficina en Caracas. Puedes leer ese reporte pulsando aquí.
Igualmente Patricia Poleo adelantó, el pasado día 7, los planes de Chávez para acercarse más a las FARC.
Por su parte, Salud Hernández Mora comenta el tema en “El Mundo” español, destacando que “respecto a las relaciones entre Bogotá y Caracas, el espíritu conciliador y la mano tendida no duraron ni 24 horas“.
Primero fueron las palabras de apoyo que el ministro del Interior venezolano, Ramón Rodríguez Chacín, dedicó al comandante de la patrulla guerrillera que entregó a Rojas y González, en el momento de la despedida. «Estamos muy pendientes de su lucha. Mantengan ese esfuerzo y esa fe. Cuenten con nosotros», le dijo con un apretón de manos y una sonrisa.
Y cuando en Colombia los políticos se dedicaban a rechazar ayer con contundencia dicho apoyo a un grupo armado que acababa de devolver a dos rehenes que habían sufrido la tortura del secuestro durante seis años, estalló la bomba lanzada por su jefe, el ex golpista Chávez. La frase que más resquemor generó, entre otras varias, en esta nación vecina fue la referente a que las FARC y el ELN tienen un proyecto político que es respetado en Venezuela.
“Todos los partidos políticos, a excepción de algún miembro del socialista Polo Democrático que prefirió echar balones fuera, repudiaron el mensaje chavista”., añade “El Mundo“.
El diario de Barcelona La Vanguardia también dedica un editorial al tema donde destaca que en Colombia se ha abierto una esperanza: “Quizás ahora, con la presión internacional, pueda abrirse una rendija a la paz, aunque el presidente venezolano va demasiado deprisa al pedir que los guerrilleros sean considerados un ejército insurgente en lugar de terroristas”.
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