Por primera vez en cuatro años los venezolanos sufren un retroceso en la capacidad de compra y algunos sectores han bajado sus ventas (N.Perdomo) | |||
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VÍCTOR SALMERÓN
EL UNIVERSAL
En los últimos cuatro años la economía venezolana respondió a un patrón donde el brillo del petróleo impulsó el gasto del Gobierno, disparó la liquidez y la mayor cantidad de dinero en las calles catapultó el consumo, de hecho, el índice del Banco Central que mide el comportamiento de las ventas en los comercios salta 133% entre 2004 y 2007.
Pero el modelo inicia un giro importante. Si bien el barril continúa la escalada y en lo que va de año registra un promedio de 92,99 dólares versus 64,7 en 2007, los venezolanos comienzan a consumir menos.
De acuerdo con Datanálisis los despachos en el sector textil muestran un descenso de 12% en el primer cuatrimestre del año, el consumo de telefonía celular medido en segundos un repliegue de 10%, las bebidas gaseosas de 6% y las cifras de la Cámara Automotriz indican que en el primer trimestre las ventas totales caen 19,7% respecto al mismo período de 2007.
El tablero también muestra que los préstamos para la compra de automóviles aumentan 8% en los primeros tres meses del año, mientras que en el mismo lapso de 2007 el incremento fue de 14,2% y el salto de los créditos con tarjetas disminuye de 18,7 a 8,6%.
Es premeditado¿Qué ocurre? Luis Vicente León, director de Datanálisis, afirma que "de manera deliberada se ha hecho un ajuste encubierto para atender un desequilibrio macroeconómico".
Básicamente, el desequilibrio es una oferta que no crece al mismo ritmo de la demanda, el Banco Central indica que la producción de la manufactura sólo avanza 31% entre 2004 y 2007, de tal forma, que a pesar de un incremento de 324% en las importaciones la inflación apareció en escena.
Para tratar de contener la escalada de los precios, el Gobierno controló el costo de una amplia gama de productos, pero entonces la escasez se apoderó de los mercados y abastos.
La medicinaNo hubo otro camino que enfriar la economía. El Banco Central movió las tasas de interés para el consumo, ajustando de 28 a 33% el tope permitido para las tarjetas de crédito, al mismo tiempo el freno en el gasto público, la venta de bonos en divisas, pagos del Gobierno en dólares e incremento de la porción de los depósitos que los bancos tienen que congelar a manera de encaje determinan que la liquidez no haya crecido en 2008.
Además, para disminuir la escasez se han permitido aumentos de precios en bienes muy sensibles, con el resultado de una aceleración de la inflación que en los últimos doce meses muestra un salto de 29,3% que muerde el ingreso real.
Datanálisis indica que al cierre de abril la capacidad de compra de las familias acumula un descenso de 3,85% en 2008.
Otro factor a tomar en cuenta es que ante el salto inusitado de las importaciones el Ejecutivo comenzó a racionar las divisas y entregó a un grupo de empresas bonos que permiten adquirir dólares a un tipo de cambio superior al oficial, sembrando en el mercado la convicción de que ha habido una devaluación de la moneda.
Gustavo García, profesor del IESA, indica que "en medio del boom petrolero más prolongado de la historia, la economía se está desacelerando porque los desequilibrios obligan a poner trabas al sector productivo. Por la caída de la liquidez hay un racionamiento del crédito, al igual que en la entrega de divisas. El país marcha hacia la estanflación, es decir, alta inflación y menos crecimiento".
A manera de resumen subraya que "el boom petrolero lo tiene el Gobierno, no el resto de la economía".
El espejismoEl ministro de Planificación, Haiman el Troudi, ha comenzado a llamar a la población a que disminuya el "consumo suntuario" y ahorre, ya que, en su opinión, hay condiciones para que las familias guarden dinero para el futuro.
No obstante, Datanálisis precisa que 38% de la población, un universo que engloba a 10 millones de personas, no cubre la canasta básica y el 20% más rico de la población absorbe 60% del ingreso.
Además la sociedad venezolana tiene una fuerte inclinación a consumir. La clase AB, la de mayor ingreso, tan sólo ahorra 8,1% de lo que recibe y la C 4,4%.