Aunque oprimidos por la dictadura más antigua del planeta, sobre la puerta de la sede oficial del Colectivo de mujeres damas de Blanco, que es vigilada por la Seguridad del Estado, palomas blancas y flores hacen temblar a la tiranía. |
La policia política no cesa jamás su campaña de desinformación, ni de intensificar sus esfuerzos y artimañas destinados a saturar los medios informativos internacionales. Utilizan sus agencias noticiosas, sus medio y plumas pagados y solidarios, y sus centenares de sitios de internet -mediocres y obvias variaciones sobre los mismos temas- para repetir sus metodos goebelianos hasta el cansancio.
Desafortunadamente para los opresores, a veces la niebla de la guerra que mantienen contra todo el pueblo, deja entrever los entretejidos todos del horror. Siempre logran filtrarse al exterior inquietantes noticias sobre el acelerado "calentamiento" nacional del clima represivo.
La dictadura ya ha dejado claro que se dispone a destruir -a cualquier costo- la organización pacifista de activistas de derechos humanos, Damas de Blanco.
La tenue protección -si alguna- de que disponían las Damas de Blanco, galardonadas con el Premio Sajarov de la Unión Europea, se ha desvanecido repentinamente. Las bochornosas escenas recientes de violencia pública contra un grupo de mujeres desarmadas, partidarias de la no-violencia, a manos de más de un centenar de esbirros, son testimonio de la poca tolerancia que este régimen arbitrario es capaz de permitirse.
¿Hasta donde están dispuestos a llegar "los mandarines" de La Habana en su desesperado afán de permanecer en el poder otro medio siglo más y de privar a los cubanos de sus derechos y libertades fundamentales? Hasta las últimas consecuencias.
Tras dispersar violentamente una manifestación de las Damas de Blanco, el régimen ahora ha iniciado operaciones de intimidación, hostigamiento y represión contra las indefensas y valientes mujeres. El cerco se ha iniciado; el sitio se ha impuesto.
Hacemos un llamado público, en nombre de todos los cubanos y cubanas libres y de aquellos cubanos privados de voz y medios para sumarse a nuestro clamor para que la Unión Europea y la Comunidad Internacional envíen un claro mensaje a La Habana, a fin de que cesen en sus designios de someter a juicios sumarísimos y encarcelar a las Damas de Blanco.
Clamamos para que la Unión Europea asuma su propia voz y no delegue esa responsabilidad nuevamente a la España complicitada con los verdugos, que no escuche sus consejos. Que Europa hable en nombre de las víctimas, no en favor de sus verdugos, ni de los intereses de los socios comerciales de los represores.
Aunque oprimidos por la dictadura más antigua del planeta, sobre la puerta de la sede oficial del Colectivo de mujeres damas de Blanco, que es vigilada por la Seguridad del Estado, palomas blancas y flores hacen temblar a la tiranía.
LA NUEVA CUBA